viernes, 25 de julio de 2014

PRESENTE, por Domínguez Fontela, EL MONTE DE SANTA TECLA LA GUARDIA (Pontevedra) capítulo 3

III

LOS CULTOS DEL VOTO

(1ª parte)


            A ruego de muchos lectores de mis artículos anteriores, voy a publicar una breve descripción de los actos que se celebrarán el próximo lunes, día 16, en la festividad del VOTO.

            Este se instituyó como testimonio público de gratitud de toda la comarca de La Guardia, por el beneficio de la lluvia, después de una pertinaz sequía de siete años que asoló el país a mediados del siglo XIV. “Agobiados los pueblos por esta extraordinaria sequedad –dice el P. Florez en su “España Sagrada”-, que padecía el territorio, acudieron al referido monte al patrocinio de la Santa, y lograron el beneficio de las aguas tan oportunamente que conocieron ser efecto de su intercesión”. (Tomo XXII, Capítulo XVI).

            Esto acaeció en el año 1355, último de esta prolongada calamidad. A esta fecha refiérese el Shronicon Conimbricense, diciendo: “Este anno foi o mais seco que os homes viron”. Con este suceso se enfervorizó el espíritu de la antigua Hermandad del Clamor, obligándose la comarca con el VOTO popular colectivo, que en este día se celebra en el monte de Santa Tecla.

            He aquí una ligera relación de los cultos de este día: En su madrugada todos los eclesiásticos del antiguo concejo, que no están impedidos, juntamente con grandes multitudes de varones del país y de las comarcas vecinas, con exclusión absoluta de mujeres, comienzan a subir al monte, sucediéndose unas a otras estas agrupaciones, según avanza la mañana. “Todos en sembra, ajuntados en huun” – como dicen las antiguas constituciones-, “vaan a aql. Monte hu se mostraron p. Muitas veces as virtudes de deus”.

            Según llegan a la primera estación de la VÏA-SACRA un sacerdote, o un seglar piadoso, inicia las meditaciones de la pasión de Jesucristo en su marcha y subida al Calvario. Es este un acto emocionante y sublimemente espiritual, saturado de recogimiento y fervor silencioso, únicamente interrumpido por el rezo colectivo de aquella multitud de hombres penitentes.

            La sublime majestad de los panoramas que desde allí se disfrutan, y los tenues rayos de la luz solar que entonces alborea, comenzando a dar color y vida a toda la naturaleza, dan a aquel cuadro un carácter de tal grandiosidad y poesía que el alma no puede menos de sentirse conmovida y transportada a las regiones superiores del espíritu.

            Terminan las estaciones del VÏA-CRUCIS en la puerta misma de la capilla. La mayor parte de los que no lo han hecho en sus pueblos entran seguidamente en ésta para recibir el Sacramento de la Penitencia, y para participar en la Sagrada Eucaristía, que frecuentemente allí se administra.

            Al romper el día ya se ha celebrado la Misa de alba. Durante la mañana van llegando otras agrupaciones de varones, dedicándose después todos hasta las once a prácticas piadosas. A esta hora hácese la procesión claustral alrededor del templo.

            “Comienza entonces la Misa mayor, como dice el P. Florez, más larga que las demás a causa de que, por antiquísima e inmemorial costumbre, se dicen en cada tercio unas veinte oraciones, la del día, las conmemoraciones de todo los patronos de las parroquias, y otras varias “ad diversa”, según el Misal Romano, por las principales necesidades temporales y espirituales”.


            Antiguamente, según las constituciones, se decían tres misas oficiadas: una de Réquiem por los hermanos de la Cofradía, otra a la Virgen, y la tercera en honor de Santa Tecla. Estas tres misas tenían liturgia especial en cuanto a las oraciones y a los prefacios de las dos primeras. Estos, tales como los consigna la Regla son hermosamente piadosos y doctrinales. Toda esta liturgia está basada en antiguos códices que se conservan en archivos monacales anteriores a los siglos X y XI, según he podido comprobar en la famosa obra del P. Martine De antiquis Ecclesiae ritibus y en las obras de los PP. Toledanos, que dan a conocer la influencia monástica de la Edad Media en la organización de esta Hermandad del Clamor. De esta liturgia hemos hecho un estudio especial, confrontando todas las frases de la misma con las fuente documentales de los archivos conventuales de Toledo, Tours, Arlés, Senlis y otros, en los que se inspiró la liturgia del monte de Santa Tecla.

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