sábado, 26 de julio de 2014

PRESENTE, julio/agosto-1937, por Domínguez Fontela, EL MONTE DE SANTA TECLA LA GUARDIA (Pontevedra) capítulo 4

III

LOS CULTOS DEL VOTO

(2ª parte)

Acabada la gran Misa se forma la procesión, yendo delante las siete cruces parroquiales y los estandartes de las Cofradías del país, detalle que se ha descuidado hace pocos años. En los días del historiador P. E. Florez (1765) eran unos cuarenta los estandartes, los cuales, como dijo un escritor americano, constituían un hermoso cuadro al ver flamear, agitados por el viento, esta multitud de estandartes y banderas de variados colores, pertenecientes a todas las parroquias.

            Antiguamente también iban “todos descalzos con seus bordons nas maos, salvo o priol que va vestido con sua vestimenta liturgica e calzado”. Dice después la Regla que “tomen un cramor a porta do curral de fora”; es decir, que al llegar a la puerta del cercado de la capilla, se postran todos de rodillas y comienzan las letanías cantadas en tono gregoriano: INDULGENTIA, KIRIE ELEISON, repitiéndose INDULGENTIA: CHRISTE ELEISON, e inmediatamente, SANCTA MARIA: ROGAI A DEUS POR NOS, DEUS, OUVID A NOS, KIRIE ELEISON, DEUS OUVID A NOS, y levantándose todos seguidamente, y en igual tono prosigue el canto de la letanía de todos los Santos, alternando el nombre de éstos con la invocación: Santa Tecla, etc. caminando todos lentamente hasta la explanada del púlpito de piedra. Allí se posa la imagen de la Protomártir en una mesa de granito, y sentándose todos, se predica el sermón del VOTO. Dicen las antiguas constituciones que “todos seían et ouvan mui entendudamente de algun dos monjes o sermón da vida perduravil ou da saude”.

            Acabado el sermón se bendice el pan, después de la proclamación de cargos y oficios para el año próximo, se reorganiza la procesión que se dirige al pico del “Facho”, “o outro cabezo que está contra o aguion”, donde arrodillados todos al llegar se reza a coro los salmos graduales y los penitenciales, con sus letanías, versículos y oraciones, catándose al fin el VENI CREATOR SPIRITUS y el Evangelio de la Ascensión del Señor. Antiguamente el día segundo se cantaba el de Pentecostés.

            Terminado esto se ordena de nuevo la procesión, y continuando el canto de la letanía como antes, se va al otro pico de “San Francisco” –“o outro cabezo que está contra o abrego”. Allí se hace conmemoración de la Virgen en su Natividad, regresando todos a la capilla procesionalmente donde se termina el “clamor” o rogativa con la oración oportuna.

            Van después todos los eclesiásticos al refectorio de la Congregación, que es una casa techada con planchas de piedra, y allí se sirve a aquellos y a los oficios de la Hermandad pan y agua.

            Antiguamente eran muy pocos los que en esta tarde bajaban a los pueblos, quedándose la mayoría arriba para continuar el ayuno a pan y agua, alimento que sólo se tomaba a la caída de la tarde, “quando se o sol quisese meter so as aguas”.

            Durante la tarde todos debían ocuparse en prácticas piadosas y “tratar separadamente e con toda pousadía e honestamente das cousas espirituaes e non dar temporaes... primeiramente das iglias que facer, ou das pontes que caen, para renovar, para ajudar os queimados ou aqueles a que arden o que avian ou ajudar os estraños, ou para defender as viuvas e os orphoos qe sen padre e sen madre, para remeir os cautivos qe jacen en terra de mouros, para reformar a paz entre aqueles qe ha non an, e asi falen de todas las outras obras qe son de misericordia, e isto asi feito tomen cada huun de seus dobrares e de seus mantees daquela razao e den dela por amor de deus”.

            Hasta hace pocos años al día siguiente, martes, se repetían todos los actos del lunes con la única diferencia de que en vez del sermón se hacía públicamente por votación, o por promesas, la elección de cargos, se pujaba la subasta piadosa de algunos oficios, terminándose con una frugal comida en el refectorio de la Cofradía a los eclesiásticos y oficios de ésta, durante la cual había lectura espiritual.

            Al terminar se baja en procesión la imagen de Santa Tecla a casa del mayordomo, donde permanece hasta el domingo inmediato en que se lleva solemnemente a la parroquia de La Guardia.

            Además de este día del VOTO hay otras tres fiestas en el transcurso del año, las cuales son también de JUBILEO, con facultad concedida a todos los confesores para absolver de pecados reservados a los que acudían a la capilla de Santa Tecla. Son estos días de JUBILEO, el 23 de septiembre (Santa Tecla), y lo segundos de las pascuas de Natividad y Pentecostés. En estas tres festividades jubilares concurren fieles de ambos sexos en grandes multitudes para lucrar estas gracias espirituales, acudiendo también muchos romeros del otro lado del Miño.

            A la festividad del VOTO, y también a las otras, han concurrido también muchas veces los prelados diocesanos, siendo el último el Excmo. Sr. Obispo don Antonio García y García que en el primer año de su pontificado asistió a todos los actos del VOTO.

            Debo terminar estas cuartillas recogiendo las frases del Padre Enrique Florez que dicen: “En estas festividades lo más notable y digno de que fuese imitado, es que en estas concurrencias no se oyen jamás instrumentos musicales, ni se hacen bailes u otras cosas que suelen profanar algunas Romerías, resultando que buscan lo sagrado sólo para cosas sagradas, implorando la protección de la Santa con espíritu de penitencia y devoción”.

            Tales son los actos que en este monte de Santa Tecla vienen celebrándose hace Ochocientos años, sin interrupciones, ni intervalos. Quiera Dios que el próximo año de 1938, año de paz definitiva para España, sea de gran renovación espiritual que enfervorice el espíritu de la comarca.

                                                                       Juan Domínguez Fontela
                                                                               Julio-Agosto de 1937.


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