Sociedad
Pro-Monte Santa Tecla
LA GUARDIA
(Pontevedra)
RECOPILACIÓN
DE ACTAS
DE
LAS JUNTAS GENERALES, DESDE SU FUNDACIÓN
AÑO
DE 1912 A
1926
TUY
Tipografía
Regional
1927
Cuatro
palabras a manera de Prólogo
En las
presentes actas de nuestra Sociedad, que con gusto publicamos coleccionadas,
puede verse reflejada la brillante historia de Pro-Monte, obra de cultura y
adelanto, al mismo tiempo que de cariño y afecto a hacia nuestro pueblo,
sentimientos generosos que quisiéramos transmitir a las generaciones venideras
para que siguiendo el camino emprendido puedan continuarle con igual fortuna.
Por eso hace
tiempo que veníamos acariciando la idea de recopilar en un folleto, como lo
hacemos hoy, gracias a la liberalidad nunca desmentida de nuestro estimado
paisano D. José M.ª Andreini que costea esta impresión, las actas de Pro-Monte,
para que la constante labor por nosotros realizada, y que en ellas se
manifiesta, sirva de ejemplo a los llamados a sucedernos en una mañana no
lejana, y les estimule a proseguir la obra con el mismo entusiasmo de hoy,
evitando que se malogre lo que a costa de tantos sacrificios hemos fundado y
sostenido.
Antes de
nada queremos recordar ligeramente la modesta historia de la fundación de
Pro-Monte: Corría el año 1912, y celebrábase en la ermita de Santa Tecla la
función religiosa de las Páscuas del Espíritu Santo, y causaba tristeza
contemplar el poco esplendor con que se celebraba la fiesta y la escasa
concurrencia que asistía al acto.
Ante tal
indiferencia, que de seguir así amenazaba sepultar en el olvido curiosas y
santas tradiciones, D. José Pedreira, don Manuel Lomba y el que esto escribe,
vieron con disgusto tan deslucido acto, y apuntaron la idea de fundar una
Sociedad que evitase el naufragio de esas caras tradiciones, ecos lejanos de
otros tiempos y otros hombres, que venían perpetuándose a través de los siglos.
Esta
Sociedad se ocuparía también de repoblar y hermosear el Tecla.
Acto seguido
se nombró una comisión que dio a conocer la idea entre los guardeses de aquí y
de América, y si bien algunos la tuvieron como una simple quimera y por lo
tanto irrealizable, los más, en cambio, la acogieron con aplauso y la
consideraron de fácil realización; y hasta presentían que del surgimiento de
esta Sociedad saldría la nueva aurora que disiparía los eternos pesimismos en
que por tanto tiempo se halló envuelta la vida de nuestro pueblo, impidiendo
que germinasen hasta las más insignificantes iniciativas, aún aquellas que
hacían concebir las más risueñas esperanzas.
Si bien la
Sociedad Pro-Monte nació solamente para hermosear el Tecla y para conservar las
poéticas tradiciones en que tanto abunda la historia de nuestro monte, bien
pronto hubo necesidad de ampliar este primitivo programa, porque a medida que
la obra iba adelantando, se presentaban nuevos problemas que había que
resolverlos, ya para completar y perfeccionar lo hecho, ya para evitar que
sufriesen detrimento los intereses de la Sociedad en los trabajos que se
realizaban mancomunadamente con el Estado: tales fueron las excavaciones
arqueológicas y el procedimiento que debiera seguirse en la construcción de la
casa forestal, sin que se desconociesen los derechos de la Sociedad, siquiera
fuesen usufructuariamente.
La primera
obra de importancia que hubo que acometer, fue la construcción de un camino que
diese fácil acceso a la cúspide del monte, el cual fue poco a poco
convirtiéndose en la hermosa carretera que hoy disfrutamos, y por la cual
pueden cómodamente circular toda clase de automóviles.
Hubo también
necesidad de fundar un Museo para recoger los objetos prehistóricos que iban
apareciendo, y los continuos hallazgos le enriquecieron de tal manera, que sólo
alabanzas merece de los hombres de ciencia que le visitan, sobre todo llama la
atención la colección de bronces, pertenecientes en su mayoría a las tribus
celtas que en épocas remotas habitaron el Tecla.
Hoy día
nadie desconoce la labor eminentemente cultural de Pro-Monte, que vino a dar
poderoso impulso a los estudios arqueológicos en toda Galicia, gloria que nadie
podrá negarle.
Tan
brillantes resultados se deben a la espontánea y entusiasta cooperación de
todos los socios de Pro-Monte, que ya aislada, ya colectivamente han trabajado
con verdadera fe hasta ver a nuestra Sociedad en el estado floreciente en que
hoy se encuentra.
No debemos
olvidar el apoyo moral y material que nos han prestado los socios de afuera de
la localidad, que considerando la obra como suya, nos han animado con palabras
de aliento y alabanza.
Gratitud
debemos también a la Excma. Diputación Provincial y a nuestra ilustre
Corporación Municipal que han consignado en sus presupuestos uba subvención
anual, que es una ayuda para poder atender a los crecientes gastos que
ocasionan las múltiples obras de Pro-Monte.
Tampoco
debemos dejar sin un recuerdo cariñoso a la colonia guardesa de Puerto Rico,
que tantas pruebas de amor lleva dadas a nuestra Sociedad, y para que se vea
con cuanto entusiasmo acogió la idea de la fundación, nos complacemos en
publicar juntamente con las actas, la Circular que la Junta Auxiliar de Puerto
Rico dirigió a todos los guardeses residentes en América.
Para todos
un saludo efusivo y un eterno agradecimiento.
A pesar de
lo mucho que llevamos hecho, hay que reconocer que aún estamos en los comienzos
de esta magna empresa, tan superior a nuestras fuerzas que sólo el tiempo podrá
darle digno remate.
Cuando
nuestros futuros continuadores, en las poéticas tardes estivales sientan el
embriagador aroma de las flores y busquen la fresca sombra de los ya añejos y
frondosos árboles del Tecla, que con mano cariñosa hemos plantado, entonces con
seguridad esos cooperadores de mañana tendrán un piadoso recuerdo para los que
hemos tenido la magnanimidad de comenzar y continuar año tras año esta
grandiosa obra, sabiendo con certeza que otros serían los que recogiesen sus
sazonados frutos. ¡Es el tributo tardío pero justo de la prosperidad dedicado a
premiar las obras buenas!
Por la Junta de
Pro-Monte Sta. Tecla
El Vicepresidente,
Julián López
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