jueves, 24 de octubre de 2019

(A GUARDA) "Reseña de la boga", por José Magoal, libro Festas do Carmen, 2018

La competitividad  es inherente al  ser humano y determinante en su evolución, ya desde la antigüedad se canalizó ese impulso a través de los juegos y de hecho ,en tiempos de paz , no había mayor gloria en  la civilizada Grecia de hace casi tres mil años que ganar los juegos en los que competían atletas de sus ciudades; pero en la vieja Europa no todo el mundo podía ir  a Olimpia a buscar los laureles, y  si en Romadestacaban  las competiciones con carros, los labradores competían con la fuerza de sus bueyes ,los campesinos lo hacían con  sus guadañas y los pescadores con sus barcos. Sumándose, en este último caso, al sacrificio que conlleva el afán del hombre de mostrarse más fuerte y hábil que los demás, los valores de competir en equipo como son la coordinación, disciplina e incluso la amistad.
   La natural querencia a mejorar los resultados de la última prueba hizo que se perfeccionasen los equipos y así como el campesino tenía para competir, cortando el campo de hierba, una guadaña ligera y bien afilada y otra para el trabajo, igual los pescadores dejaron sus pesadas lanchas para su oficio de la pesca y usaron otros botes más ligeros y rápidos sólo para  la competición y así al llegar las fiestas de la patrona demostrar las habilidades adquiridas en el ejercicio de su profesión de manera más eficiente.



   Con nuestro pueblo entre el mar y el río no podía faltar ese regateo entre nuestros marineros que alcanzó gran popularidad a mediados del siglo pasado. Se celebraban las competiciones durante las fiestas en honor de la Virgen del Carmen  y acudían al puerto gente de todas la parroquias  y pueblos cercanos y desde el muro del puerto, el abarrotado muelle alto  y las embarcaciones a flote, disfrutaban del empeño de los infantes en sus pequeños botes individuales, con algún vuelco incluído, y después, cuando empezaba la lucha de titanes,aclamaban constantemente a los dos equipos, mezclándose sus voces y aplausos con las órdenes de los patrones  y el gemido de los esforzados remeros, y viejos compañeros pero ahora rivales entregados en cuerpo y alma a coronar la prueba en una tarde inolvidable para todos.
  Para esta lucha se necesitaban los mejores barcos y no faltaban en A Guarda mentes capaces y manos hábiles para fabricarlos.
Voy a dar una guiñada para referirme a otra modalidad de regata  que es con barcos a  vela y compiten en muchas categorías, desde el pequeño “optimist” hasta los grandes cruceros oceánicos  pero siendo  las más populares las de balandros y recordar que de nuestro pueblo salió, en el año 1934, el primer velero de la categoría “Snipe”  de España, el “Toñete” por encargo del rosaleiro Antonio Ruiz Martínez  aficionado al mar y miembro por entonces del  Club Naútico de Vigo, aportando él los planos del recién diseñado modelo americano; barco  que actualmente se conserva en el Museo Marítimo de Barcelona.
Y, volviendo al rumbo que llevaba, fue el Maestro Carpintero de Ribera, Domingos Carrero quien con su experiencia y los conocimientos de dibujo técnico adquiridos en la Escuela de Artes y oficios de Vigo, diseñó y   construyó en su taller del puerto guardés estos veloces botes  de aproximadamente nueve metros de eslora, para seis remeros y timonel que competían en nuestro pueblo. Un modelo de barco que de A Guarda “saltó” a las rías y cuando, por sus múltiples ventajas el plástico se impusó a la madera en las embarcaciones de regata, sirvieron estos botes como molde para hacer los primeros en nuestra costa.

   Es asombroso el cambio experimentado en esas  antiguas competiciones desde entonces hasta llegar a ser partícipes de los Juegos Olímpicos. Se formaron asociaciones o clubes que se federaron y se regularon los tipos de embarcaciones y categorías por edades y en las que también se integraron las féminas .Dejaron de competir en las fiestas  los botes de madera para hacerlo en fechas concertadas ligeros bateles o trainerillas, traineras ,etc. barcos proyectados con la más moderna tecnología naval informatizada y usando en su construcción ligeros materiales  pero de muy alta resistencia como la fibra de carbono .Las capacidades de los remeros ya no son fruto de  un oficio sino que surgen de un duro entrenamiento específico para ese fin, alcanzando en las regatas metas  que hace cincuenta años, además de ser inalcanzables ni siquiera se podían soñar, como tampoco podía nadie pensar y no deja de admirar  a quien recién lo conoce, que llegaríamos a ver competiciones de remo sin barco, como son las que se hacen con los propios instrumentos  simuladores que antes solamente se usaban para los entrenamientos de puertas adentro.

En este nuevo panorama el nombre de A Guarda  permanece en primera plana de este sector deportivo de mano de nuestro digno representante  el Club de remo Robaleira que nos enorgullece con sus muchos y contínuos éxitos  y da cabida a los niños y jóvenes tanto guardeses como foráneos que sienten predilección por este deporte y que sin su existencia seguramente hubieran visto frustrada su esperanza de practicarlo.
Un club del que obvio hablar por ser su trayectoria de sobra conocida por todos .

José Magoal
Publicado no libro das Festas do Carmen de 2018