SIGLO XIX
Colegio Santiago Apóstol de los
Padres Jesuitas.
Cuando en 1.767 la Compañía de Jesús, de
larga tradición educativa en Galicia, fue expulsada de España por Carlos III,
tenía instalados cinco colegios: en Santiago, Monforte, Ourense, Pontevedra y A
Coruña. Esta tradición se reanudaría en 1.815, al ser
readmitidos en el primer periodo absolutista de Fernando II, aunque tendría que
pasar algunos años hasta que en 1.867 esta congregación religiosa decida
retornar a Galicia, ante la demanda de ciertos sectores de la sociedad.
Así,
allá por el año 1.872 un grupo de ocho jesuitas y veintiún alumnos se instalan
provisionalmente, apoyados por la burguesía coruñesa, en el Pazo de los Condes
de Prieguen Anceís, Ayuntamiento de Cambre (A Coruña), aunque el lugar no era
del agrado de su director, por considerar A Coruña como demasiado “liberal,
republicana e incluso nido de la masonería”. (Este que es en la actualidad
residencia de Amancio Ortega, dueño de Indetex).
Más
tarde, en 1.875, debido a problemas con los Condes de Priege, la compañía se ve
obligada a buscar una nueva ubicación. Después de estudiar diferentes
posibilidades, los jesuitas se deciden por Camposancos.
Los terrenos se compraron a don Domingo
Español Cividanes, abogado y comerciante de la comarca, por 75.000 pesetas.
Este
colegio, sin duda el más grande de los construidos en Galicia, fue el primer
gran edificio escolar que levantaron los jesuitas españoles en el siglo XIX. La
obra favorecía sobre todo a la funcionalidad, con poco sentido de la simetría y
según el rector, con un coste final de 250.000 pesetas de la época.
Al
principio se imparten enseñanzas como seminario para la carrera sacerdotal y
más adelante, entre 1.881 y 1.885, como Escuela Politécnica y de Estudios
Superiores para todas las carreras menos Medicina y Farmacia. En este colegio,
los jesuitas ensayaron una nueva pedagogía opuesta a la liberal, consistente en
que el deporte y la vida campestre jugaban un papel importante.
En
este centro y en otros tres en todo el país, se educaron a finales del Siglo
XIX las élites de España, donde se formarían los retoños de la alta burguesía
conservadora española, que buscaban seguridad moral y doctrinal para sus hijos,
mientras que la clase dirigente liberal se formaba en la Institución Libre
de Enseñanza.
Algunos
alumnos del colegio de Camposancos
llegaron a alcanzar puestos de gran relevancia en ámbitos políticos, científicos,
académicos, etc. a nivel nacional. Entre ellos cabe destacar a D. Leopoldo Saro
del Directorio Militar de Primo de Rivera, los hermanos D. Xavier y D. Pedro
Olazábal, propietarios del diario “El Siglo Futuro”, el marqués de Yanduri, el
hijo del Conde de Orgaz, el marqués de Alós, marqués de Romana, el Conde de
Gondomar Fernández de Córdoba y Losada, marinos como D. Pascual Cervera,
Sánchez-Barcáztegui y Pita da Veiga, un Carbajal Hustado de Mendoza. D. Luís
Arana Goiri, hemano del fundador del PNV, D. Manuel Portela Valladares (futuro
ministro y Presidente del Gobierno de la República Española),
miembros de la familia Franco, el nacionalista gallego Antón Losada Diéguez.
Mención
especial merece Luís Arana, que llega al colegio tras la derrota del carlismo
en busca de un profesorado afín a sus principios ideológicos. Parece ser que es
en Camposancos donde la simbiosis
tradicionalista que existía entre el adoctrinamiento religioso y los postulados
del nacionalismo vasco arraiga en su pensamiento. A su regreso a Galicia,
reveló “su verdad nacionalista” a su hermano pequeño Sabino. Una década después
ambos fundaban el Partido Nacionalista Vasco. Luís había estudiado
arquitectura, y fue quien diseño la “ikurriña”.
El
colegio del Pasaje de Camposancos
fue cuna y origen de la
Universidad de Deusto en Bilbao, a donde se trasladan en
septiembre de 1.886, y de la Universidad Pontificia de Comillas en el pueblo
natal del marqués en 1.887, la cual más tarde se traslada a Madrid.
El
colegio de enseñanza media seguirá funcionando hasta 1.916, cuando cierra para trasladarse a
Vigo, primero a la Molinera
y más tarde en 1.928 a
Bellavista, un auge considerable.
En
1.916, llegan a Camposancos los
padres jesuitas portugueses del “Instituto Num Alvres” expulsados de su país y
durante los 16 años que permanecieron, prestigiosos maestros pasaron per este
centro. Entre ellos, eminentes botánicos, arqueólogos, y otros estudiosos de
prestigio que lo convirtieron de nuevo en cuna del saber.
Durante
la Guerra Civíl
y hasta 1.941, sus instalaciones fueron convertidas por el bando “nacional” en
Campo de Concentración para prisioneros del bando “republicano”.
Años
después, en la posguerra y hasta los años sesenta, tras el retorno de los
jesuitas, volvió a funcionar como colegio y casa de ejercicios.
Continuara...
A. Armindo Martínez Sobrino