jueves, 18 de septiembre de 2014

(A GUARDA) CAMPOSANCOS ( VI )

Aforamientos
            En 1.511, recobrados los bienes que había detentado la Casa de los Sotomayor, el Cabildo de Tui comienza a otorgar escrituras de foro a los moradores de Camposancos, casas, porciones de tierra de cultivo situadas dentro y fuera del Coto, así como “un porto que es sito en Campos-hancos para pescar en él”. En estos documentos o escrituras de foro figuraban los topónimos de los lugares donde se ubicaban las fincas (algunos se mantienen hoy en día), el canon de arriendo que pagaban y la duración del tiempo de contrato.
            También participaban en la adjudicación de estos arriendos vecinos de A Guarda y de Salcidos, aunque en menor medida que las gentes de Camposancos. En estas escrituras se denomina simplemente “Aldea” a la parroquia de Salcidos, en contraposición a la Villa de A Guarda y al “Coto” de Camposancos.
            A partir  del año 1.600 se suceden una serie de ventas efectuadas por los vecinos del Coto, en las que presuntos compradores pagaban a los subrepticios vendedores de rentas y cánones de foro que eran del Cabildo de Tui como dueño de los bienes. Ante esta situación fraudulenta, el Cabildo tuvo que presentar demanda ante la Real Audiencia.
            Para una mejor comprensión de estos documentos, es preciso definir algunos términos.
-Aforar significa dar o tomar alguna finca o heredad a foro, que es un contrato de arrendamiento “enfitéutico”, típico de la Edad Media o del antiguo régimen.
-Enfitéutico quiere decir dado en enfiteusis (cesión permanente o por largo tiempo del dominio útil de un inmueble, mediante el pago anual de un canon y de “laudemio” por cada enajenación de dicho dominio).
-Laudemio, es el derecho que se paga al Señor del dominio directo cuando se enajenan las tierras y posesiones dadas a enfiteusis.
Recursos Marítimos

            La “licencia” otorgada por el Cabildo para la pesca en el río Miño en Camposancos y demás pueblos ribereños, permitía la obtención de los recursos mediante barcas y también de las pesqueras, en gallego camboas (esteros o pequeños lagos artificiales a orillas del mar o río y que llenos al subir la marea, se quedan secos durante el reflujo) construidas a orillas del río.
            De las pesqueras existentes a orillas del Miño en Camposancos, verdadero patrimonio marítimo-fluvial, han llegado hasta nuestros días, aunque no se usen ya, las siguientes:
            -Una en el lugar de Fontes del barrio del Pasaje dividida en dos departamentos.
-Dos en la playa de El Candairo, situadas una en la playa de La Lamiña y otra en la de El Forte.
-Dos en Porto Madeiro.
-Una situada inmediata al mar, en el Puntal de Barbela.
Estas pesqueras de Camposancos están formadas por ortóstatos, bloques de piedra en losas verticales, configurando unos recintos en semicírculo bastante uniforme. Disponían asimismo de una empalizada de troncos de madera no muy gruesos dispuestos en vertical. En algunos casos tenían una abertura que permitía la entrada de peces y mariscos y que, provista de una puerta, se cerraba cuando se estimaba necesario.
            Además de la pesca, el río y el litoral marítimo proporcionaban a las gentes de Camposancos algas, sorgazos que se usaban como alimento de animales y abono para sus campos, y otro muy preciado: la sal. Ésta se extraía de unas salinas, saiñas en gallego, trabajadas “in situ”.
            Existían tres tipologías de salinas. Las más primitivas son las rupestres, que datan probablemente del Neolítico, último periodo de la edad de piedra. Otras posteriores fueron trabajadas en rocas libres, con la característica de que la superficie en la cual se vertía el agua salada fue rebajada dejando un borde perimetral. Y ya por último existen otras salinas naturales, que aprovechando terrenos llanos cerca del mar, dispuestos en compartimentos rectangulares, dividido por lajas de piedra y rellenados manualmente de agua salada, proporcionaba mayor cantidad de preciado cloruro sódico.

            Tanto las pesqueras como las salinas existentes en Camposancos son un tesoro etnográfico y arqueológico que bien merecen su catalogación, inventario y musealización.

Continuara...

A. Armindo Martínez Sobrino 

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