RUMOR DE PINOS...
Zumba el
rumor de los pinos
y zumba el
rumor del mar...;
y en mi
rústico lugar,
cada mirlo
es un juglar
que despide
con sus trinos
vespertinos
la hora
crepuscular...
-El mirlo es
un Arcipreste
de Ita que
sabe amar
y el buen
amor pregonar...
No hay voz
que aquí no se apreste
A cantar
en este
concierto agreste
con las
violas del pinar...
el Viento
del Noroeste,
gran flautista
y organista,
llega en su
órgano a soplar,
arrecia como
solista
y es el
artista celeste
que hace a
Galicia vibrar!...
Cae la fruma... cae la fruma...
cae nieve...
y chove miudiño...
y en sus
pegasos de espuma
va
penetrando la bruma
por el Miño...
(Lo mismo
que los romanos
para
volvernos paganos...
y lo mismo
que el Patrón
penetrando
por Padrón
para
volvernos cristianos
convirtiéndose
en estrella)...
¡Galicia: tu
historia es bella!
Extranjero:
ven a España,
y en España,
ve a Galicia,
y mira el
mar que la baña,
que tentaba
la codicia
de la
náutica Fenicia...
Forastero:
ven a Vigo,
y en ese
garrido puerto,
-para todo
barco, abrigo,
para todo
mundo, abierto-
siempre
hallarás un amigo
que hacia La Guardia te guíe
por una
costa que engríe
por lo que
canta y sonríe...
de los
siglos; es la villa
en que el
Tiempo se retrata,
y en que la
pena se mata
con el vino
en la escudilla;
es como una
campanilla
muy vieja,
pero de plata!
¡La Guardia... obligada
meta
del pintor y
del poeta!
en el saltar
de una ola
de su
tejedora orilla,
que el sol
un instante brilla
como la
blanca mantilla
de una mujer
española.
firme,
erguido y arrogante
en su volcán
vigilante:
Santa Tecla,
simbolismo
de acendrado
cristianismo
y de enigmas
del pasado:
el monte que
en su mutismo
se expresa
estando callado...:
libro de
Historia sellado
que desafía
la sapiencia
de la
inquisitiva ciencia
que sus
piedras ha explorado.
¡Gente
francota y sincera
esta gente
marinera
de La Guardia en la ribera:
gente
noblota y cortés
en la alta
villa, el guardés,
celta,
romano o maltés!...
Quien ve
estas tierras, alaba
con entusiasta
franqueza
este rincón
de belleza,
punta de la Costa Brava ,
aquí donde
España empieza,
aquí donde
España acaba.
Ven a La Guardia , extranjero,
y trae del
brazo a tu dama;
y en una
tarde tranquila,
condúcela al
Tecla y dila,
destocándote
el sombrero:
¡contempla
este panorama!
A la vera
de esta ría,
y de este
mar a la vera,
el mismo
Hacedor supera
su creadora
fantasía...
¡es un
deifico homenaje
a Galicia
este paisaje!
¡Qué diría
si lo viera
nuestra
inmortal Rosalía,
un día que
aquí viniera
cuando soñando
vivía!...
El Tecla es
el mirador
espléndido
del amor,
de la vida y
la esperanza...
y ofrece al
espectador,
sobre el
bello alrededor,
la ilusión
en lontananza...
Allí, en la
umbría floresta,
hace La Guardia su fiesta
de arraigada
devoción,
y es cosa de
ver y oír
cantar,
danzar y bullir
a un pueblo
en su tradición:
Agosto es
una canción
Infinita
Que a La Guardia resucita
y al Tecla
la precipita
con ardiente
corazón,
mientras
Baco exprime el mosto
que baña al
Tecla en Agosto!...
Galicia
tiene en verano
los racimos
en la mano.
Ve a la Guardia , forastero,
y renueva tu
alegría
cantando en
la romería
con un coro
marinero
o
arrimándote a un gaitero...
es la
gallega hidalguía!
milenario
de prestancia
evocadora...
y yo soy el
anticuario
que ese
joyel avalora
y que de
lejos lo añora...
¡Cómo no
amar y añorar
esos
murmullos del mar
y ese rumor
de los pinos
desde aquí,
y esas aves
y esos trinos
que tanto en
la infancia oí...
y esos pazos
campesinos,
y esos
rincones divinos,
si en uno de
ellos nací!
México,
1956
Julio Sesto
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