lunes, 10 de mayo de 2021

(A GUARDA) CAPILLA DE SAN PEDRO, ¿TRASLADARLA? ¡NUNCA!


Hoy nos referiremos a una queja publicada en La Voz del Tecla en el año 1914, de un guardés, que estaba en contra de una noticia relacionada con el  traslado de la antigua capilla de San Pedro de la Alameda al cementerio. Y explicaba con una serie de razonamientos, lo negativo de esta decisión, especialmente por dos muy importantes.

1.º.- La capilla de San Pedro es un elemento integrante de la Alameda. En otros tiempos, cuando allí se hacía la fiesta del santo Príncipe de los Apóstoles, alameda y capilla se complementaban mutuamente, por razón de dichos cultos, por lo que se decía recíprocamente “la Alameda de San Pedro, o la capilla de la Alameda”.

¿Qué hoy no se celebra allí fiesta ninguna? ¿Y qué? Esta no es una razón. Si el haber profanado dicha capilla convirtiéndola en depósito de náufragos y víctimas de otras desgracias, impidió el que se conservasen aquellos cultos y fiestas de dulce recuerdo para todos los guardeses y demás hijos de la comarca, quien sabe si el día menos pensado renacerá esta piedad dormida.

¡Eso nos faltaba ahora! Próxima al derrumbamiento la capilla de San Cayetano, de dulces añoranzas para los laboriosos y honrados hijos de la Cruzada, y dadas al olvido las fiestas de Nuestra Señora de La Guía, solo faltaba ahora que la piqueta municipal derrumbase los muros de la capilla de San Pedro y por la ruin economía de un puñado de pesetas, llevase al cementerio las piedras de sus paredes, ¿Qué valdrán estas convertidas en mampostería?  Unos míseros centenares de pesetas, nada más. ¿Y por esta exigua tacañería hay que privar a nuestro paseo de su característica nota?

2.º.- Pero sobre todo ¿con que derecho puede hacerse esto? El finado D. Francisco Maravillas costeó la construcción de esta capilla para ornamento de la Alameda. Para allí dio su dinero. Con este exclusivo objeto se impuso este sacrificio, ¡con que derecho se destruye ahora su obra?

Hacer esto es sentar un precedente funesto para el porvenir, pues cualquiera que intente algo beneficioso se retraerá de ejecutarlo ante el temor de que, en día no lejano, aparezcan reformistas dando al traste con su obra de utilidad pública.

Hágase en buena hora una capilla más o menos amplia en el cementerio, que es bien vergonzoso que allí no exista ya, hágase un pequeño departamento para depósito de cadáveres y lugar de autopsias, pero no destruya nuestra querida y tradicional capilla de San Pedro.

Para nuestra desgracia, este artículo escrito hace casi cien años, oponiéndose a la destrucción de esta capillita, se han destruido en La Guardia otras construcciones importantísimas como la casa de los Correa, Priegue y Sotomayor (año 1495), en la calle Colón; la fuente del Rollo; la casa de los Salgado del Cantillo, en la Plaza Nueva, la Atalaya,  el cine Ideal, el Cine Avenida, y un largo  etc. Parte de nuestro patrimonio cultural destruido en solo cien años.

Hoy hay mucha más conciencia histórica y leyes que defienden el patrimonio de los pueblos para evitar su destrucción y este es un legado para las futuras generaciones.

  

 

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