En noticias del semanario guardés LA VOZ DEL TECLA, de fecha 18 de julio
de 1914, recoge la visita a nuestra villa de la Infanta doña Isabel de Borbón,
dice así la crónica:
El
jueves 16 del actual, hemos tenido el alto honor de contar entre nosotros,
aunque por breves momentos, a la augusta y serenísima Infanta D.ª Isabel de
Borbón.
Eran las dos de la tarde, cuando una tirada de bombas anunciaba la llegada de dos magníficos automóviles; en el primero venía el Gobernador Civil de esta Provincia, Sr. Ebro, el señor Ingeniero Jefe D. Juan Trapote, el Comandante de la Guardia Civil D. Enrique Benedicto García y el Ingeniero de la Zona del Sur, Sr. Abreu.
El segundo ocupábalo la Infanta Isabel, la señorita Beltrán de List y el secretario particular Sr. Coello.
Ambos automóviles hicieron alto frente a nuestra Alameda; y mientras el público vitoreaba con entusiasmo a la egregia Dama, ésta, después de los saludos de rúbrica, invitaba al alcalde Sr. Sobrino a tomar asiento en el auto, dirigiéndose, por la carretera del Pasaje, al Colegio de los Padres jesuitas.
Tres cuartos de hora habían transcurrido cuando una nueva salva de bombas anunciaba que los automóviles subían la cuesta del Pasaje.
Un gentío inmenso se agolpaba en “Las Coutadas”, frente a la carretera que desde aquel punto conduce al monte Santa Tecla. Al llegar allí, la Infanta fue objeto de una ovación delirante, confundiéndose el estruendo de las bombas y los vivas y aclamaciones con los acordes de la marcha real.
Una Comisión de la “Sociedad Pro-Monte”, se acercó al auto de la Infanta, y esta conversó, durante largo rato con el presidente D. Manuel Lomba Peña, quien la invitaba a visitar las riquezas arqueológicas recientemente descubiertas en nuestro monte; invitación que S. A. no pudo aceptar, bien a pesar suyo, por el poco tiempo que para esta excursión había dispuesto.
El secretario del Ayuntamiento Sr. Sesto dio varios vivas a la Infanta Isabel, que fueron frenéticamente contestados por el numeroso público, mientras que la comitiva se ponía en marcha hacia el Colegio de Hermanas Carmelitas en donde fue recibida por la comunidad y alumnas. De allí, se dirigió la Infanta, a pie, a la parroquial, en donde el párroco la recibió bajo palio dirigiéndose al presbiterio, en donde oró unos momentos.
Después cantose el Tedeum, y terminado, volvió la Infanta y sus acompañantes a ocupar los autos que se hallaban frente al Colegio de San José. Allí esperaban de nuevo las Hermanas Carmelitas que respetuosamente besaron la mano a la augusta Dama. Ésta, antes de subir al auto, entregó al alcalde Sr. Sobrino una cantidad para los pobres, partiendo después con dirección a las obras del puerto.
Al regresar la Infanta Isabel y sus acompañantes, en unión del alcalde Sr. Sobrino, entraron en casa de D. Manuel Otero en donde se sirvió un refresco.
Este acto había de tener lugar en la casa del Sr. Sobrino, pero a causa de reciente e inesperada desgracia de familia, se acordó tuviera lugar en la lujosa vivienda del Sr. Otero.
Allí
S. A. llamó al presidente de la “Sociedad Pro-Monte”, D. Manuel Lomba rogándole
le escribiera a La Granja, pues deseaba enviarle un retrato suyo y hacer un
obsequio a la “Sociedad Pro-Monte”.
Eran
las cuatro de la tarde cuando S. A. R. tomaba de nuevo el auto, y partía,
saludando al público que entusiasmado la aclamaba.
La
VOZ DEL TECLA siéntese orgullosa hoy al honrar esta plana con el retrato de la
augusta tía de nuestro Monarca, y rindiéndola respetuosamente el entusiasmo y
admiración que su persona merece, salúdala desde estas columnas con un efusivo
y sincero:
¡¡Viva
S. A. R. la Infanta Isabel!!
Archivo:
Antonio Martínez Vicente
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