viernes, 14 de noviembre de 2014

(ESPAÑA - PORTUGAL) "El secuestro del trasatlántico “Santa María” ( II )

Oliveira Salazar ordenó la movilización de la Marina portuguesa

Oliveira Salazar ordenó el 24 de enero la movilización de la Marina portuguesa y pidió la intervención de Gran Bretaña[1] y de EE.UU[2]., a la que también se sumó Holanda[3], mientras el DRIL Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación,  una organización armada formada en 1959 por exiliados españoles (sobre todo gallegos) y portugueses para luchar contra las dictaduras salazarista y franquista.
El DRIL tenía dos secretarios generales: Humberto Delgado y Xosé Velo Mosquera (natural de Xunqueira de Ambía), fundador de organizaciones tales como la Federación de Mocedades Galeguistas o la Unión de Combatientes Españoles Antifranquistas Nacionalistas Gallegos (asentada en Venezuela). Entre sus miembros destacaron el capitán portugués Henrique Galvão y José Fernández Vázquez (Jorge de Soutomayor), ex militante del Partido Comunista de España y que había sido comandante de la marina republicana durante la Guerra Civil Española) intentaba que el golpe fuese considerado político, para no ser acusados de piratería, el comando puso especial tacto en no tocar los 40.000 dólares de la caja fuerte del barco y rechazaron la idea de Velo de imprimir a bordo una nueva moneda, que éste denominó “ibero”.
Pese a la intensa patrulla aérea y marítima de EE.UU., el trasatlántico Santa María estuvo ilocalizable hasta el 23 de enero, cuando fue avistado frente a Castries y volvió a desaparecer hasta el día 26, un día después de que se encontrara con el mercante danés Fishe Gulua, que delató su presencia a unas 930 millas al Este de Trinidad y que lo localizara un avión estadounidense a unas 700 millas de la desembocadura del Amazonas, en dirección a África. Al día siguiente, la flota de EE.UU. pidió negociar por radio con el Santa María. Galvâo aceptó y el barco puso rumbo al NE brasileño, con las unidades de la U.S. Navy tras su estela.
El dirigente de la oposición portuguesa, general Humberto Delgado, pidió a las embajadas de Gran Bretaña y EE.UU. en Brasil, así como al Departamento de Estado en Washigton, que sus respectivos países no interfirieran en el episodio del trasatlántico, al defender que el caso no significaba motín o piratería. Un portavoz del Foreign Office replicó que su país no reconocía el estatuto diplomático del militar portugués.
 La prensa recordaba un caso semejante ocurrido en junio de 1930, cuando el capitán Ramón Delgado y un grupo de 21 hombres, embarcó en el puerto de Danzig a bordo del buque alemán Falke haciéndose pasar por pasajeros y cuando estaban en alta mar aparecieron vestidos de rebeldes y se hicieron dueños del barco, poniendo rumbo a Venezuela. El líder de la operación pretendía derribar al presidente de aquel país, aunque fueron capturados y al capitán del barco se le prohibió volver a navegar. La investigación, al parecer, demostró que el capitán y los propietarios del barco estaban de acuerdo con Delgado  y habían permitido la carga de armas y municiones para los rebeldes

Galvao habla con los periodistas a bordo del "Santa María"

El 31 de enero, a 35 millas de Recife, el almirante Allen Smith, portando salvavidas, se entrevistó durante tres horas a bordo del trasatlántico Santa María con Henrique Galvâo. El magnetófono de los americanos no funcionó y Luis Noya Filmó el encuentro, logrando desembarcar la película en Tenerife. (La vuelta definitiva de Luis Noya a Galicia se produjo en 1961, y quiso la suerte que fuese a bordo del barco portugués«Santa María». Al poco de salir de Caracas el barco fue secuestrado por un comando formado por gallegos y portugueses, el DRIL. En ese comando estaban dos conocidos suyos, Xosé Velo y el comandante Sotomayor. A Luis Noya se debe la única filmación existente del secuestro, filmación que había realizdo con su pequeña cámara y que había escondido al llegar a Canarias para no ser confiscada por las autoridades franquistas.[1])

El 2 de febrero el barco fondeó en Recife y desembarcaron los pasajeros y tripulantes en medio de una gran multitud y el comando aceptó quedarse en Brasil. Las autoridades brasileñas concedieron el status de asilo político a los miembros del DRIL y el barco fue entregado a la Compañía Colonial de Navegación.
Los pasajeros del Santa María fueron transbordados al Vera Cruz, que salió de Recife el 5 de febrero y arribó a Lisboa el día 14, después de hacer escala en Tenerife, Funchal y Vigo. El 7 de febrero, el trasatlántico Santa María salió de Recife y el día 16 atracó en la capital lisboeta, procediendo, a continuación, a varar en el dique seco de Astilleros de Cádiz, donde permaneció en obras de carena hasta el 23 de marzo, en que se reincorporó a la línea de Venezuela, siendo sustituido durante ese tiempo por el Vera Cruz.

Continuara...


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