NOSTALGIA
Toda persona se siente
inclinada a elogiar el lugar donde nació. El gallego es en grado máximo
entusiasta ferviente y ensalzador “urbi et orbi” de su terriña. El medio en que
se desenvuelve le obliga, porque no existe un capricho de su alma de artista
que no sea satisfecho por el panorama galaico. Bajo estas consideraciones no es
extraño que se hayan generalizado las palabras “morriña” y “saudade”.
En las fiestas representativas
de La Guardia
quisiera, llevado por un grato recuerdo, ofrecerle algo que supusiese un
esfuerzo, ansia de superación, agradecimiento.
En estas fechas en que los
mayores sacan a relucir sus recuerdos y avasallan a la gente joven diciendo que
tiempos como los suyos no volverán, en que los jóvenes cosechan emociones para
hacer lo propio con generaciones venideras, La Guardia , más que en
ninguna otra época del año, es recordada por seres que se alejaron tras un
señuelo de prosperidad. A estos y a los que ahí residen quisiera mostrarles su
pueblo con el color del cristal con que lo miro.
Cuanta gente, a fuerza de
contemplar continuamente las bellezas del ambiente, no se percata del tesoro
que la rodea. Pero llega al fin la realidad cuando se puede aplicar a este caso
un dicho que se oye con frecuencia: “hasta que nos falte algo no nos damos
cuenta de lo que representa para nosotros”.
Todas estas cosas y otras
muchas más forman el núcleo, el centro de gravitación. Pero en una visita hay
que asociar a este recuerdo todo lo que se observa. Una mirada desde "El
Monte" con la fascinadora atracción que ejerce la hermosura del paisaje
nos convence de ello.
Siendo Galicia fecunda en
leyendas no sería extraño que existiese una que explicase que cuando el viento
gime aprisionado en la espesura de sus montes con lamentos de cíclope
aprisionado, se trata del espíritu de viajeros que dejaron su alma cautiva,
tributo a la grandeza de la naturaleza.
Por eso no es extraño que un
guardés añore su tierra, ni que la añore yo que no nací a la sombra del Tecla.
Por eso habiendo muchas personas que podrían explicarla, solo los que se alejan
de La Guardia
saben el verdadero significado de la palabra nostalgia.
Madrid,
junio de 1957
José Ramos Pérez
Publicado no libro das Festas do Monte de 1957
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