Toponimia
Guardesa
“LA VÍA SACRA”
Era este el nombre de la
calle que va desde la que baja desde la Iglesia a la marina, tras de la Plaza
del Reloj, hasta el santuario de la Guía,
situado sobre la villa.
Llamóse Vía sacra por razón de las estaciones
del Vía Crucis público distribuidas
en todo el trayecto de la misma. Es la devoción del Vía Crucis una práctica muy arraigada, a la que nuestro pueblo ya
desde remota antigüedad viene consagrándose con inusitada frecuencia. Recibió
gran incremento esta devoción con motivo de una gran misión que en nuestra
villa predicó el V. P. Fray José de Carabantes, religioso capuchino e insigne
misionero en América y en España, a fines del siglo XVII. Los dos siglos y
medio pasados no han borrado su memoria diciéndose de él que su voz apostólica
solo tuvo uno que pudiera comparársele: el Beato Padre Fray Diego de Cádiz,
oriundo de Tuy. De la Misión del V. Padre Carabantes se recuerda que hacía
todos los días de la Misión el ejercicio público de la Vía Sacra llevando sobre sus hombros una pesada cruz de madera,
edificando a todos con su penitencia, piedad y elocuencia apostólica y para que
se arraigase más en el pueblo la práctica de este Santo ejercicio inició una
colecta pública para costear los gastos de unas nuevas cruces para las
estaciones, ya que las antiguas estaban en gran parte arruinadas o
desaparecidas.
A
esta restauración se refieren las dos inscripciones consignadas en una de las
estaciones cerca de la capilla de la Guía. Dice una:
HESTAS
CRUCES SE
PVSIERON A
DEVOCI
ON DE
ALGUNOS BECI
NOS DE ESTA
BILLA
En
otra se lee:
AQUÍ
PADECIO LA
MUERTE EL
REI
DE LA
PROPIA
VIDA
AÑO DE 1684
Camino de la Guía, antes de llegar a
su amplia plaza, cerca de la encrucijada se halla la Estación IX que fue
restaurada también en el año 1795, según dice la siguiente inscripción grabada
en el travesaño de la misma cruz:
JOSE FRANCO
TABOAS LA
HIZO AÑO DE
1795
Puesto
que hablamos de esta calle queremos dejar consignada una interesante efemérides
que un vecino de esta calle esculpió en un lienzo de pared interior de su casa
situada precisamente frente a dicha Estación IX del Vía Crucis, inscripción que se refiere a una gran caída de aguas
que hizo muchos daños en el Rosal el año de 1783.
Dice
así dicha efemérides:
EN EL AÑO
DEL 83
A SVZEDIDO
LA DESGR
HACIA DE
UNA VENIDA DE
AGUA QUE
LLEVO MUCHAS
HAZIENDAS
EN EL DIA
DE LOS
SANTOS INOCE
NTES
Termina
la Vía Crucis en la hermosa plazoleta
de Nuestra Señora de la Guía, en la cual se alza la esbelta capilla de este
título. Llamóse desde hace muchos siglos de la Guía como ese voto de la piedad
de los caminantes que se dirigían por la antigua vía marítima a Bayona y Vigo,
la cual pasaba por este lugar.
Como
hemos publicado en otra ocasión en el
semanario de La Guardia “La Voz del Tecla”,
no podemos precisar con exactitud la fecha en que fue edificada la capilla
actual, pero detalles arquitectónicos de la misma y en especial su pórtico,
hacen fijar su construcción en mediados del siglo XVI. Entre nuestros papeles
sobre La Guardia figura una papeleta referente a una donación testamentaria de
un hijo de nuestra cristiana Marina legando
la limosna de ”veinticinco diñeiros para a capela de Nosa Señora da Guía,
extramuros da vila da Guarda”, frase que probaba la existencia de este pequeño
templo ya antes del siglo XV. Del estado ruinoso en que se hallaba a principios
del XVI tenemos testimonio en mandatos de visita pastoral en los que se
encarece al párroco la necesidad de proceder a su restauración.
Cuando
en el siglo XVII se construyó el castillo de “Santa Cruz” se dedicó a nuestra
Señora de la Guía el baluarte que está frente al hermoso y poético barrio de sobre la villa.
Tierna
y conmovedora es la práctica del Vía
Crucis, en los días de semana santa en esta calle y en su capilla. No hay
vecino de La Guardia que deje de acudir a esta santo ejercicio tradicional en
estos días, especialmente el Jueves y Viernes Santo, aún a las altas horas de
la noche. La capilla aparece entonces ornamentada con gusto exquisito y
emocionante piedad, para que en ella terminen las plegarias y meditaciones
conmemorativas de la pasión de Cristo.
Tienen singular atractivo
en este laborioso barrio las fiestas de Nuestra Señora de la Guía celebradas
tradicionalmente en los días 7 y 8 de diciembre, no siendo inferiores en
solemnidad las que muchos años se celebran el 7 y 8 de septiembre, por buscar
días de más bonanza que en los crudos de invierno.
Canónigo Juan Domínguez Fontela
Recopilación:
Antonio Martínez Vicente (InfoMAXE)
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