lunes, 28 de julio de 2014

(A GUARDA) "TIPISMO DE LA FIESTA DEL MONTE SANTA TECLA", Francisco López Moure, Libro Festas do Monte, 1955


            Es empeño decidido de la Comisión que año tras año se viene superando en la organización de esta fiesta del Monte Santa Tecla, el darle el más marcado sabor típico a esta romería, para hacer de ella la más “enxebre” de Galicia.

            Y así vemos como agrupaciones de Coros y Danzas gallegos integran su programa, y las “ruidosas treboadas” de gaiteros ataviados con sus trajes típicos recorren las calles de la Villa la víspera y día de la fiesta para poner en movimiento a los guardeses y ultimar sus preparativos para la subida al “Monte” con el clásico “xantar”.

            Centenares de personas suben este día al Monte Santa Tecla, muchos de ellos venidos de los más apartados lugares de Galicia, y las sabrosas empanadas de “raxo” con las “botas y garrafones de viño do Rosal”, constituyen el imprescindible acompañamiento de los que en caravana multicolor suben, serpenteando los atajos que conducen a la ermita.

            Ya en la cumbre y después de asistir a la Santa Misa y procesión que en honor de Santa Tecla se celebra en su capilla, los romeros buscan la sombra de los verdes pinos o de las olorosas acacias para extender sus manteles, y entre las derruidas viviendas que un día habitaron celtas y romanos, celebrar la comida familiar que transcurre con la más placentera alegría entre “alalás” y “aturuxos”.

            Para que no falte el humor y la alegría, los gaiteros recorren los lugares donde se celebra el “xantar” y con sus alegres “foliadas” animan el ambiente y dan una marcada nota de tipismo regional.

            Terminada la comida y como evocación de costumbres ancestrales, la gente se reúne en la “explanada forestal” y espontáneamente da comienzo la “troulada”, baile ruidoso y de algarabía donde abundan más los saltos que el paso rítmico, y donde toman parte mozos y viejos sin distinción de edades ni clases.

            Al atardecer se inicia el regreso y en la falda del monte de nuevo se reúnen los romeros y familiares que no pudieron acompañarlos y han ido a esperar su regreso, para celebrar la merienda-cena con los sobrantes del “xantar” que en ese día suele ser siempre abundante y de buena calidad.

            Y así termina, forastero que no has gozado la dicha de asistir a esta romería, la fiesta que todos los guardeses esperan con deseo y nostalgia.



                                                                                  Francisco López Moure.

Publicado no libro das Festas do Monte de 1955

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