martes, 28 de octubre de 2014

(A GUARDA) FARO DE VIGO, 24.08.1951 por Cándido Rodríguez Vicente, A SANTA RELIQUIA DE SANTA TECLA ( IV )

Homenaje litúrgico del Sr. Obispo.

El acto terminal en la Plaza de España, ante el dosel rojo levantado en honor de Santa Tecla y de su santa reliquia, fue altamente conmovedor.
Aspecto parcial de la Plaza del Ayuntamiento en el momento de la sentida y sabia elocución que el Sr. Obispo de la Diócesis Fray José López Ortiz, dirigió a los fieles de las comarcas de La Guardia y El Rosal al final de la procesión con la Santa Reliquia. La muchedumbre llenaba por entero la Plaza y los balcones se veían colmados de personas.

Aquella multitud fervorosa, apretada en las bocacalles y en la plaza y en los bancos, en los balcones y en las ventanas, después de presenciar el homenaje litúrgico ofrecido por el Sr. Obispo, de la incensación a la santa reliquia, oyó- mejor dicho escuchó, que es oír con atención-, en medio de un profundo silencio, las fervorosas palabras del Prelado.
Fueron un tierno canto a la pureza y al martirio de nuestra protomártir, lírio purísimo de virginidad, encendida rosa del sacrificio. Y este canto, a la vez profundo estudio de alta vida cristiana, fue también un acertado ofrecimiento de consignas a los fieles para alcanzar la verdadera vida: pureza de costumbres y resignada aceptación del dolor, esto es, de la cruz que a cada uno el cielo nos haya destinado. Profundo y a la vez sencillo, nuestro amantísimo prelado cautivó y conmovió. Y dio realce a su oración sagrada su figura ascética, de la que parece transcienden, como efluvios naturales, el saber y la humildad.
Hondo fervor de un pueblo
Puede tener nuestro señor Obispo la seguridad absoluta de que toda aquella masa humana que él contemplaba, complacido, desde el balcón de la Casa Consistorial, ansiosamente gozosa, que con fervorosa impaciencia deseaba aproximarse a la santa reliquia para besarla, , cumplirá las consignas que nos dio en su oración. Y de que toda La Guardia y pueblos de la comarca, agradecidos a los desvelos de nuestro queridísimo prelado entregarnos este don del cielo de la santa reliquia, desvelos secundados ardorosamente- hay que reconocerlo, porque es de justicia- por el Sr. Nandín, besan rendidamente, con cariño filial, su pastoral anillo.
                                                                                  Cándido Rodríguez Vicente
FARO DE VIGO, 24 de Agosto de 1951.

FIN

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