MUERTE SENTIDA
Ha
fallecido el director de “HERALDO GUARDÉS”, don José Darse.
Fue un
hombre todo bondad, que siempre ayudó en lo posible a las gentes humildes.
Cuando de él necesitábamos una recomendación o una ayuda, salíamos siempre
complacidos.
El
inolvidable don José era hijo de don Pedro Darse, de familia francesa, y de
doña Rosa Sobrino, natural de Cividanes, y estaba emparentado, entre otras
familias, con la de Cibeira y Quevedo, de Orense, con el fotograbador don Ramón
Lomba Portela, fallecido en Pernambuco en el año 1921, y con el que esto
suscribe. En el año 1896 fue director de un semanario que fundó en los Estados
Unidos del Brasil. Bastantes años después regresó a España y se dedicó a la
enseñanza, fundando más tarde el tan querido “HERALDO”, del cual ha sido
director hasta el fin de su vida, triste y doloroso momento que a todos nos ha
dejado transidos.
Pepe
L.
UNA VIDA EJEMPLAR
Un hombre
bueno que sabe ya de los misterios de ultratumba.
Un gran
luchador menos.
José Darse
fue algo más que periodista: fue un símbolo.
Su nombre
va unido a la historia de la política local de hace un tercio de siglo para
acá.
En épocas
ominosas, en que la generalidad naufragaba en el proceloso mar de las más bajas
concupiscencias; cuando el cacique, plaga terrible, aprisionaba con sus tentáculos
el pensamiento, gozando del más vergonzoso amparo oficial, José Darse supo
imponerse a aquel ambiente enrarecido, agitando su figura entre aquellos
superhombres, ilustres pigmeos de la política nacional.
No hubo
congreso agrario ni reuniones anticaciquiles en que su voz no se haya dejado
oír, anatomizando las oligarquías caciquiles que arruinaban a Galicia.
Republicano
de los históricos y secretario de algunos comités de aquellos románticos del
siglo pasado, supo elevar la antorcha de la fe sin tinieblas y con la esperanza
del triunfo.
Cuando el
ser republicano traía aparejado, no el enchufe de una prebenda, ni el halago
del mando, José Darse conoció los procesos y las persecuciones y supo
calladamente sufrir por la causa de los oprimidos.
Dos años antes
de proclamarse la República, al tratar de constituir un comité republicano, vio
con dolor como los dedos de las manos sobraban para contar los republicanos que
había en esta villa.
En la hora
del triunfo, los “tránsfugas” de todas las épocas y de todos los regímenes
gozaron de la victoria fraguada por hombres que, como Darse, supieron darlo
todo por la idea.
Nosotros,
que sabíamos de su bondad y de los sacrificios que hizo por destruir el abyecto
caciquismo que asolaba a su pueblo -pueblo por cuyo progreso tanto trabajó-, en
estas horas del no ser elevamos el pensamiento para pedir paz para los hombres
buenos.
J.
Noya
Continuara...
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