miércoles, 15 de octubre de 2014

(A GUARDA) HERALDO GUARDES, Un periódico, una imprenta y un periodista ( VI )

JOSÉ DARSE
            El día 30 del finado diciembre, después de penosa enfermedad, sufrida con resignación de hombre, traspasó los umbrales de esta mísera existencia nuestro buen camarada y batallador agrario don José Darse.
            Su labor, de más de 27 años al frente de su querido “HERALDO”, fue siempre de franco liberalismo y de noble defensa del honrado y sufrido gañán y de todos aquellos sentimientos que, rompiendo vetustos moldes de desacreditada política, iniciaban una era de reparación y progreso para nuestra amada tierra,  de esta fértil tierra comprendida entre los distritos de Tuy, Tomiño, Rosal, Oya y La Guardia.
            Sin embargo, esta obra del amigo Darse no fue del agrado del dominante cacique de entonces, quien indignado por los constantes toques de atención que desde las columnas del “HERALDO” le propinaba semanalmente, no hacía más que urdir procesos en su contra, ocasionando no pequeños contratiempos económicos en la marcha del periódico.
            El fundador del primer órgano de prensa y de cultura que vio la luz en La Guardia, bien merecía, no procesos, ni menos jabón de bajas adulaciones caciquiles, sino que una calle de esta villa llevara su nombre, pues otras calles hay que ostentan el nombre de quien no merecía ni el saludo...
            Las columnas de “HERALDO” jamás estuvieron cerradas a ninguna tendencia política ni religiosa, a los amantes del bien público o de los que quisieron dedicarse al género literario, ni menos para nuestros coterráneos, que veían a través de sus informaciones las palpitaciones de sus hogares ausentes.
            ¿Detractores? Quien afronta en público la obra de bien y de progreso no está libre de semejante calificativo. Este, más que él, debieran colgarle como un sambenito al cuello de quien, por hacer aún vida de cavernas, es enemigo de la luz.
            Descanse en paz el amigo en el plano de las grandes verdades, ya que en este bajo mundo sólo la ficción tiene asiento.
                                                                                  José M.ª Rolán

MEMORIAN
            O último día do ano finalizou amaneceu triste e melancólico para revelarnos a lamentavel noticia da morte do nosso saudoso e chorado amigo don José Darse, director de “HERALDO GUARDÉS”.
            Todos aqueles que o conhecian e desfructavan da sua amizade, só tinhan esta frase ao saudarem-se: ¡Morreu Darse!...
            Mas este Eu, que conservo dentro em mim; Este Eu, que todos nos sentimos; este Eu, que nos guía nas nossas ofuscaçôes, e de quem nos avergonhamos quando nâo somos justos no caminhar da vida, diz-me constantemente: Estais equivocados!... Darse nâo morreu!... embora o seu corpo baixase áo sepulcro e sua alma subi-se a mansâo eterna, Darse vive todavía.
            Vive na sua obra e no coraçâo de seus amigos.
            Darse nâo pode morrer tâo pronto para o povo guardés; começou a florecer á trinta anos e florecerá todo o século XX.
            A obra mais gigantesca dos guardeses é sem duvida a emprehendida por a Sociedade Pro-Monte.
            E foi elle o incansavel propagandista que fiz vibrar a trompeta do HERALDO áos quatro ventos, para levar pelo mundo adiante os feitos dum povo que escreveu na historia da Humanidade, com caracteres de ouro, um acto de progreso e prestigio que dignificam os filhos de La Guardia.
            Darse era quem enviava nas columnas do seu jornal, a todas as partes aonde haviam guardeses, noticias saudosas da terra nativa, que eram recebidas como beijos de Mae.
            Por isso Darse vive todavia e viverá enquanto houver guardeses que saibam comprehender a sua obra.
            Lutador incansavel, vida de sacrificios e ingratidôes.
            Quando Cristo entrou em Jerusalen, a multidâo que o aclamava como rey fiz despertar nos escribas e fariseus a idea de perseguillo.
            Foi acuzado de traidor e embustero, porque as suas dotrinas, cheias de amor e de verdade, eran opostas as judaicas.
            E tu, meu sincero amigo, nâo por tuas ideas democraticas, mas sim por nâo colaborare com os fariseus, foste perseguido pela igreja melitante, acusado de profanaçâo, no celebre proceso da sardinha.
            Mas a tua bondade soube vencer todos os obstaculos e perdoar a teus perseguidores, assim como Jesous a seus assassinos.
            Tu nâo foste um arrepentido, como dissem; foste sempre um convencido da verdade evangelhica.
            Tua vida é digna de um hyno maior de que este, que te dedico no idioma que os dois balbuciamos as primeiras palavras, na fala da terra onde nascemos.
            Dando lugar a que outros amigos desfollen os goivos de saudade, retirome enviando a tua enlutada esposa, irmâo e mais familia um punhado de crisantemos cuja fragancia sâo os meus sentidos pesames.

                                                                                              M. Silvaç

Continuara...

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