Nació este ilustre hijo de La
Guardia en los primeros días del mes de enero de 1810, falleciendo en Madrid en
19 de Septiembre de 1883.
Muy niño aún, se trasladó, con
sus padres a Cádiz en donde se dedicó al comercio, en el que adquirió gran
crédito y una regular fortuna, debido a su laboriosidad, acrisolada honradez,
formalidad y buen juicio para los negocios legales y correctos.
En 1856 marchó a Madrid y pocos
años después se estableció definitivamente en la Corte.
Era caritativo, espléndido en
sus obras de caridad, así como para su familia como para los extraños, creyente
sin afectación, de lo que dió pruebas durante su vida y en la hora de su
muerte, que fue ejemplarísima y tranquila como la del justo.
De los beneficios que a nuestro
biografiado debe el pueblo de La Guardia, son testigos el pavimento y lavaderos
de la fuente del Rollo, construidos a sus expensas en el año 1878, según consta
en una lápida de cantería que en la misma fuente se conserva.
Por su cuenta se arregló la
calle que lleva su nombre.
A su generoso desprendimiento
se debe el órgano que existe en el coro de nuestra iglesia parroquial y la
preciosa escultura del Santísimo Cristo de la Salud, que se halla colocado al
lado de la entrada a la sacristía del mismo templo, y es obra de su pariente,
el escultor guardés D. Cándido Sobrino.
Conocedor su sobrino D. Ricardo
de Sobrino de los deseos de su tío, el 24 de Marzo de 1893, instituyó la
fundación conocida como “fundación de D. Vicente Sobrino”, depositando al
efecto en el Banco de España en Madrid 100.000 pesetas.
El cadáver de D. Vicente
Sobrino y Vicente, perfectamente embalsamado, consérvase en severo panteón de
mármol en el cementerio parroquial de esta villa, a donde fue conducido, desde
Madrid, a raíz de su fallecimiento, por disposición expresa del finado.
LA VOZ DEL TECLA – N.º 150 – De
7 de Marzo de 1914
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