Recortes de Prensa
Oleo o Mariscal Pedro Pardo de Cela, 1883
08-1883.- UN ARTISTA GALLEGO
El joven y ya notable pintor
don Manuel Angel, hijo de la villa de La Guardia, acaba de pintar un cuadro que
llama extraordinariamente la atención en la exposición de bellas artes, que se
inauguró con la asistencia de SS.MM. los reyes de España y Portugal en el
Ministerio de Ultramar.
Nuestro
apreciable colega de la corte “El Porvenir”, al ocuparse del Sr.
Angel, lo hace en los siguientes términos:
“Un
cuadro figura entre éste, al que por su carácter histórico y sus condiciones
pictóricas no debemos escasear nuestros aplausos. Representa a D. Pedro Pardo
de Cela, caudillo de las libertades populares de Galicia, preso y sitiado en el
castillo de la Fruseira de donde salió, por virtud de una traición, para ser
decapitado con su hijo por orden de los Reyes Católicos en el año de gracia de
1.483
“Darnos
el retrato del gran enemigo del poder feudal, a quien pudiéramos llamar nuestro
primer comunero, tal parece haber sido el objeto que se propuso el Sr. Ángel, y
preciso es confesar que no solo lo ha conseguido sino que logró imprimir a esa
hermosa figura histórica todo el interés dramático que resulta de la situación
en que lo coloca.
“Pedro
Pardo de Cela, aparece sobre plataforma o terraza del castillo, en cuyas
almenas flota la bandera blanca de los hermandiños bajo un cielo frío y
nebuloso”
Desde
allí contempla las tiendas de campaña de los sitiadores con la melancolía,
exenta de desaliento, del que ve malograda su causa por la codicia de los
propios servidores. Fácil es la menos perspicaz, comprender el drama que allí
se realiza a poco que se fije en la mirada recelosa y aviesa, de uno de los
personajes que forman el grupo del fondo, y a poco también que se detenga en
buscar la causa de la tristeza del pajecillo que trae a su señor, creyéndole en
peligro, el escudo y la celada.
Bien
se hecha de ver en la corrección esmerada del dibujo, en el sentido de la
composición, en el profundo estudio de la época, estudio detenido en los
menores detalles, y hasta en el sacrificio, tan discretamente analizado, de
cuanto es accesorio en aras del principal personaje; bien se hecha de ver,
repetimos; que el señor Ángel, gallego como aquel, ha querido resucitar en su
lienzo, no tanto una buena escuela pictórica, como un grave carácter y un gran
ejemplo de amor a la independencia y a la libertad de los pueblos.
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