Ilustración realizada por
Manuel Ángel Álvarez (Museo de Pontevedra)
Nació D. Juan Bautista Alonso
en la vecina parroquia de Salcidos el 14 de Septiembre de 1801. Su madre era
una buena mujer, tipo característico de toda hija de Salcidos. Su padre un
modesto maestro de obras que ejercía su profesión como temporero en las
proximidades de Béjar.
En Salcidos y en La Guardia
recibió el niño Bautista Alonso las primeras enseñanzas. Niño era aún, cuando
ocurrió la muerte de su madre que vino a helar sus infantiles sonrisas y a
iniciarle en los dolores de la pobreza y del desamparo.
Su padrino D. Juan Bautista
Losada, rector que era a la sazón de San Lorenzo de Salcidos, lo recogió
piadosamente en su casa. Allí aprendió el latín y servía de monaguillo hasta la
edad de 12 años, en que su padre le llamó a su lado ingresándolo en la
Universidad salamantina, en donde estudió filosofía.
Terminada ésta, ruda batalla se
entabló entre la voluntad del padre que quería que siguiera la carrera
eclesiástica y la del hijo que pensaba de distinta manera, llegando hasta
fugarse del domicilio paterno. La muerte del honrado maestro de obras puso
término a esta lucha, quedando nuestro joven huérfano, abandonado en lo mejor
de su edad, viéndose obligado a ganar su sustento con el sudor de su frente,
dando de mano a sus estudios y dedicándose al trabajo material, en su oficio de
albañil.
Más tarde, mediante la
protección de dos frailes dominicos-parientes suyos- residentes en Salamanca, y
del Colegial Mayor del Colegio Viejo, D. Francisco Zapata, dedicose con fruto a
la enseñanza, emprendió los cursos de Derecho, y logró tomar los grados, en
Madrid en 1820, cuando tenía 28 años de edad.
Desde 1830 a 1835 adquirió notoria
y creciente popularidad, gracias a dos notables defensas. Hacia 1838 entró en
la política militante como diputado por la provincia de Madrid y en 1843 lo fue
por la de Pontevedra. En 1854 volvió al Congreso, representando la
circunscripción de Pontevedra y desempeñó un alto cargo en el Tribunal Supremo.
De nuevo le sorprendió el
desengaño de 1856, encerrándose entonces en su bufete, consagrándose con ardor
juvenil a las letras y a los negocios.
Anciano ya y achacoso, le
encontró la Revolución de 1868, que tomando en consideración su limpio
abolengo, su fidelidad probada y sus largos servicios encomendole la
Presidencia del Consejo de Estado. A su cargo la tuvo hasta que la Restauración
le despojó de ella, reservándole, no obstante, un lugar en el mismo Consejo que
había presidido.
D. Juan Bautista Alonso,
falleció en Madrid el día 5 de Diciembre de 1879, siendo sepultados sus restos
en una de las Sacramentales de la Villa y Corte.
El pueblo de La Guardia
perpetuó la memoria de este su hijo ilustre dando a una de sus plazas el nombre
de “Plaza de Bautista Alonso”, en sesión de 1.º de Abril de 1859, siendo
Alcalde D. Juan Troncoso y después de haber estado en nuestra villa el
biografiado, en obsequio del cual se dió en el Salón del Ayuntamiento, por
aficionados la comedia de Jovellanos titulada El delincuente honrado.
LA VOZ DEL TECLA – N.º 190 – De
5 de Diciembre de 1914.
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