Club Náutico del Miño
El 25 de agosto del año 1.934 fue inaugurado en el
Pasaje de Camposancos el “Club
Náutico del Miño” creado por la “alta sociedad” de la comarca para fomentar los
deportes náuticos de remo y vela, y también como lugar selecto de ocio y
esparcimiento.
La
residencia oficial del club consistía en una gabarra cedida en usufructo gratuito
por la “Sociedad Anónima Serrerías del Miño” propiedad de la familia Candeira,
considerada junto con la familia Ruiz de Tabagón “alma Mater” y verdaderos
promotores del club.
Esta
instalación flotante, una vez adaptada para sede del club, disponía de varios
camarotes, tangones, pasarela a tierra, así como toldos en su cubierta. Contaba
con una gamela que facilitaba el acceso a bordo cuando no estaba atracada, y
tenía también instalación eléctrica. Entre las embarcaciones para el disfrute
de los deportes náuticos contaba con un bote de remos a vela, tres piraguas,
dos de dos remos, y la otra con orza-vela y timón y dos remos salvavidas,
anclas, bombas de achique, clason de aviso para las regatas, altavoz, faro,
gallardetes y cinco discos de señales para regatas de balandros, eran algunos
de sus materiales náuticos.
La
inauguración del club tuvo amplia difusión en la prensa de la provincia. Uno de
aquellos diarios le refería así:
“El día 15, con una tarde espléndida, tuvo
lugar, pomposamente, la inauguración del “Club Náutico del Miño”. Serian las
cuatro de dicha tarde. El “Club Náutico” pomposamente empavesado, levó anclas
remolcado por una potente motora, formándose inmediatamente un nutrido convoy
con lanchas movidas a motor y a vela, traineras, botes, etc. Mucho gallardete
flameando al viento. Mucha gente –unas cuatrocientas personas bailando y
cantando. Los cohetes y las bombas atronaban el espacio y hasta los peces,
saltando parecían estar de fiesta… El río semejaba un apacible lago cuyas
serenas aguas solamente eran agitadas de vez en cuando por unas magnificas
lanchas que dando rodeos a todas las embarcaciones hacían que éstas se meciesen
con más contoneo… Entonces era la de Troya, porque los que bailaban se iban de
bruces sobre los demás pasajeros y se armaba de gran tremolina”.
Durante
el paseo inaugural hicieron parada en la isla de los Amores, donde fueron
recibidos por una gran cantidad de excursionistas, y allí celebraron una
merienda. De vuelta al Pasaje de noche, tras el baile a bordo, se realizó una
gran quema de fuegos de artificio, aéreos y acuáticos.
Posteriormente
el 15 de octubre del mismo año, se llevo a cabo una Junta General Ordinaria que
fue aprobada por unanimidad. En ella, además de presentar el estado de la
sociedad, la Junta Directiva
señalaba que “ante todo, nos cumple hacer
resaltar la magnanimidad, la generosidad, y el entusiasmo de todos aquellos
señores, socios unos, no socios otros, que por sus espontáneos donativos a
favor de este Club, se hicieron acreedores que nuestra cumplida gratitud y
reconocimiento”. A continuación se enumeró a las autoridades y personas que
hicieron donativos, nombrándose a algunos Socios Beneméritos.
Después
en el informe sobre el estado del club, se hace una relación de los nuevos
materiales adquiridos para su mejor funcionamiento, planteándose como una
necesidad acuciante la creación de un gimnasio complementario a las
instalaciones existentes, lo cual fue aprobado por mayoría.
Se
procedió entonces a la renovación de algunos cargos, manteniéndose otros, entre
ellos la Secretaria ,
Ana María Melero Fernández, el Tesorero, Cándido Martínez Vicente, el Comodoro,
Antonio Ruiz, médico hermano de Santiago el afamado bodeguero de los vinos del
mismo nombre; y el Vocal Camilo Carrero, dueño del edificio las “Torres” de Camposancos.
La
gabarra del club permanecía habitualmente atracada en el muelle del Pasaje,
lugar donde se llevaron a cabo las actitudes deportivas. Sin embargo, durante
la temporada estival fondeaba en las inmediaciones de la playa del “Forte” como
demuestra alguna ilustración de la época.
El
“Club Náutico del Miño” dejo un hondo recuerdo en la Comarca del Bajo Miño en
sus pocos años de existencia, ya que desapareció en 1.936 debido a los avatares
de la Guerra Civil.
En un documento de fecha de 28 de agosto de ese año, perteneciente al archivo
de Cándido Martínez Vicente, se señala que: “Las
circunstancias especiales por las que actualmente atraviesa nuestra querida
Patria han hecho, que el número de socios con que contaba la sociedad “CULB
NAUTICO DEL MIÑO”, quedara reducido al mínimo previsto por el Reglamento,
procediendo por lo tanto, con arreglo a las normas establecidas en el mismo,
efectuar la disolución de la
Sociedad ”. En esa acta se faculto a los directivos
Cándido Martínez y Antonio Ruiz para llevarla a cabo. Los libros de caja,
actas, comprobantes, así como papel timbrado y reglamentos, quedaron en casa de
Cándido Martínez a disposición de los socios que deseasen examinarlos.
Continuara...
A. Armindo Martínez Sobrino
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