CAPITAL HUMANO
Finalmente para glosar lo relativo a la naturaleza
de los moradores de este pueblo, significar que no resulta en absoluto extraño
que después de lo ocurrido a le largo de su historia, las gentes de Camposancos hayan forjado un carácter algo
peculiar, debido en gran medida a las particulares vicisitudes vividas, es
decir, tuvieron en principio que trabajar duro, ser fuertes y reivindicativos
para llegar a poseer sus tierras para así, si tener ya que pagar “vasallaje”
por ellas, poder lograr la subsistencia con lo que su “hábitat” les proporcionaba.
Y cuando esto no era así, salir del “terruño” en su procura.
Por
ellos algunos camposinos se ven obligados a desplazarse; dentro del país, sobre
todo en un principio a otras localidades gallegas y a tierras de León y
Castilla. Más tarde, a finales del siglo XIX y a comienzos del XX, el éxodo
continuó hacia Cataluña, Vascongados y a países de Centroamérica y Sudamérica,
y posteriormente a Europa.
Así
pues, camposinos en principio, y su descendencia después, han logrado alcanzar puestos
de relevancia en ámbitos empresariales, culturales, políticos y científicos
tanto en España como en algunos de los países que los acogieron.
Por
último cabe señalar que en la actualidad, la población de Camposancos, además de los nativos, está formada por vecinos que proceden
de otras localidades españolas y, aunque en menor cantidad, también del
extranjero.
La
mayor parte de la diáspora camposina (naturales y sus descendientes) constituye
en su mayoría la población flotante del pueblo, al que suele regresar
regularmente, sobre todo en los meses de verano.
Creo
que lo anterior sirve para conocer todo lo concerniente a la pequeña historia
de mi pueblo.
FIN
A. Armindo Martínez Sobrino
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