Para
muchos habitantes de La Guardia es este un nombre completamente desconocido. No
pocos ignoran la razón de este nombre característico de la fuente situada a la
entrada de la villa en la carretera que va a Tuy y Pasaje.
Procede
este título del Rollo que había en
las cercanías de esta fuente, el cual consistía en una columna cilíndrica de
piedra de más de dos metros de altura montada sobre tres escalones. Estaba en
el lado izquierdo de la estrada pero un poco separada de ella y frente a la
fuente. Su destino era para amarrar allí en una argolla de hierro con una
cadena a los que habían de sufrir castigo público de azotes o recibir otras
penas afectivas, que muchas veces solo consistían en estar allí algunas horas
expuestos a la irrisión de los transeúntes. Al lugar de esta sanción penal
establecida por las leyes de aquellos tiempos, y que servía para asegurar la
tranquilidad social y garantizar la fidelidad en las ventas, según las cartas
de fuero municipal, y otros documentos legislativos, eran llevados
especialmente los carniceros, panaderos y regateros, taberneros, rateros de
frutos, aves y otros que por tercera vez hubiesen incurrido en falta de
defraudación en pesos y precios designados, o cometido alguna otra clase de
delitos menores.
Provenía esta legislación del celo
del bien público que guiaba a nuestras autoridades, evitando de este modo que
el pueblo fuese defraudado y explotado. Era este un castigo muy generalizado en
la Edad Media en los códigos de todas las naciones.
De
La Guardia desapareció esta columna a principios del siglo XIX y de ella solo
queda el vago recuerdo de su nombre en la tradición popular, aunque la mayor
parte de las gentes ignora lo que esto significa.
En
otros pueblos el rollo servía para
que en su cúspide se expusiese la cabeza de los que habían sufrido la
decapitación. Esto nunca se hizo en este sitio en nuestro pueblo, pues, para
ese duro castigo y el de estrangulación o garrote, había horca o patíbulo
especial en uno de los altozanos del monte de Santa Tecla, que aún hoy se
conoce con el nombre del lugar de la horca.
En
cierto archivo de nuestra comarca existe el expediente de condena a este
suplicio de la horca a un vecino de una de las aldeas del antiguo Concejo de La
Guardia, que allí sufrió esta última pena por los regidores y sancionada por el
Juez de la villa. Allí sufrieron también el tormento de ser quemadas vivas, a
lo que fueron condenadas por las autoridades locales, unas pobres y sencillas
mujeres del país acusadas estúpidamente de brujas; pena y castigo crudísimo e
injusto contra el cual protestaron enérgicamente los inquisidores del tribunal
de Santiago, como consta todo en un expediente que se conserva en el Archivo
General de Simancas[1]
El
lugar de estas ejecuciones en la horca del monte, estaba señalado con otra
columna de piedra llamada la Picota,
hoy completamente desaparecida.
De
lo vergonzoso que era ser condenado al rollo,
es decir, a ser amarrado en el Rollo,
inmediato a esta fuente, procedió una frase vulgar que se emplea en La Guardia
cuando alguien quiere echar de su lado a una persona con desprecio: Anda
vaite o rollo, palabras que he oído muchas veces en labios del pueblo
como remate de un altercado.
Etimológicamente
esta voz procede de la latina rotulus=cilindro,
por la forma de la columna.
Llámase
a estos rollos en el Norte de
Portugal, especialmente en la provincia del Miño, Pelouriño y son símbolo de la jurisdicción local. Son tenidos allí
en mucha estima aún ahora como recuerdo de las libertades y exenciones municipales.
En muchos Concejos actuales de allende el Miño, se han procurado restaurar los
desaparecidos, recogiendo sus elementos antiguos desperdigados[2].
En
La Guardia existió cerca de la puerta lateral del Convento de monjas
benedictinas uno de estos pelouriños, el Bolo
hace años desaparecido, puesto allí formando parte de una columna como señal
del dominio directo de aquella comunidad sobre el atrio y amplio terreno
llamado Chan de Conde, donado a la
misma casa monacal por los fundadores del Convento, los ascendientes del Conde
de Priegue, propietarios de aquel lugar.
A
la fuente del Rollo dásele hoy
también más vulgarmente el nombre de fuente
de cimadavila o de sobre la villa.
La palabra cima, igual que la
Galaico-Portuguesa a cima o encima, no significa precisamente que
este en un alto sobre la villa. El significado propio de este adverbio en
nuestro idioma es, que la fuente está situada en el término, en el extremo, al
cabo de la villa, no dentro de la población. En este mismo sentido llámase también
barrio de Sobre la Villa[3]
al que está al N. O. de La Guardia. La fuente de la que nos ocupamos hoy
está comunicada con dicho barrio por la carretera. Antiguamente era
completamente independiente y solo se comunicaba con La Guardia por la Estrada Real a Tuy. Nada, pues, tenía
que ver la fuente de Sobre la Villa con el barrio de
este nombre.
Esta
fuente era antiguamente era una simple caja pilón de piedra con dos caños. Hoy
está formado por una especie de obelisco piramidal ondulado, puesto sobre la gran
caja del agua herméticamente cerrada, la arquitectura de aquella es
neo-clásica, pero el obelisco es del estilo portugués muy en boga a mediados
del siglo XIX.
En el
frontispicio de esta gran caja rectangular está esculpido en la parte superior
el antiguo escudo heráldico de la villa, que es una galera o nave de tres palos
sobre las aguas onduladas.
Más
abajo en un medallón ovoide está esculpida la siguiente inscripción:
SE
CONSTRUYO A ESPEN
SAS DEL FILANTRO
PO BERNARDO MAR
TINEZ EN EL AÑO
DE 1852
Como
rezaba en el medallón, las reparaciones de esta fuente se deben a D. Bernardo
Martínez. Los dos lavaderos principales que existían en la primera fuente se
construyeron a expensas de D. Vicente Sobrino y los tinglados de hierro a D.
Secundino Melón en 1891.
Los
planos del Tinglado de Hierro, fueron encargados por D. Secundino a la empresa
GADEA, Rue Lauriston, 80 de París.
Domínguez
Fontela
[1]
En 1562 escribían los inquisidores de
Santiago al Concejo: “que era tal la
dureza con que la justicia procedía contra las brujas, que se temía que las de
La Guardia las quemasen, como lo había hecho otro Juez seglar vecino. Murguía,
Galicia, pág. 216, nota 1.ª.
[2]
Existen en muchas poblaciones barrios
con el nombre del Rollo. Sin ir más
lejos en Tuy hállase este lugar unido con la misma ciudad, pero fuera de las
antiguas murallas, extramuros al Norte sobre la carretera de Vigo. En Orense
existió también la calle del Pelouriño.
[3]
En varias poblaciones existen barrios
con el nombre de Cima da Vila, tanto
en Galicia como en la provincia del Miño, en Portugal. Uno de estos está en el
pueblo de Melón, donde hubo antiguamente un célebre monasterio cisterciense,
hoy derruido. Otros casos pudiéramos citar.
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