DERROTEROS
COSTA Y PUERTO DE LA GUARDIA EN 1856
RIUDAVETS TUDURY, publicó el “Derrotero
de las costas de España y Portugal”, en 1856” . He recogido la parte
del estudio que corresponde a la costa y puerto de La Guardia (cap. VI),
considerando que además de interesante, es una curiosidad. Supongo que desde la
fecha del estudio hasta la actualidad, las condiciones del puerto, debido a la
cantidad de obras realizadas en el mismo a lo largo de los años, habrá cambiado
sustancialmente. De este tema, como es lógico, los que más sabrán serán los marineros de A
Guarda.
Capilla de Santa Tecla
A su caída meridional está emplazada la capilla de
Santa Tecla, de la cual ha tomado nombre el monte.
Esta altura
es buena guía para dirigirse desde mar afuera á la embocadura del río Miño, ó
para valizarse el navegante, porque su especial figura no permite que se
confunda con otra alguna de esta parte de costa. Es asimismo buen punto de
reconocimiento para buscar el puerto de La Guardia.
Punta de Congrido
Desde la punta de Santa Tecla gana la costa para el
NNO. hasta la de Congrido, distante
6,5 cables, y de aquí se remonta para el N. por espacio de una milla hasta la
boca del pequeño puerto de La
Guardia , que no es más que una quebrada ó accidente del
terreno.
Este pedazo
de costa, que es la falda occidental del monte de Santa Tecla, está ceñida de
arrecife que se lanza para afuera desde medio á 2 cables.
Bajos Quijada del
Congrido y Lomba
La parte más peligrosa del arrecife se destaca de la
punta de Congrido. Es un pedregal de 2,5 cables de longitud de N. á S., que
dista dos cables de la costa, y cuyas extremidades son la Quijada del Congrido, que es la meridional, y
el bajo de Juan de Lomba la
septentrional. Todo este pedregal queda descubierto en bajamar.
Peton de Fierro
La piedra llamada Peton
de Fierro no sale tanto como la
Quijada , y se halla entre ésta y la punta de Santa Tecla.
El arrecife
mencionado se repliega sobre la costa y vuelve á ensanchar por cerca de la boca
de La Guardia ,
descubriéndose en bajamar en una anchura de más de 1 cable, pero prolongándose
por debajo del agua á distancia de 3,5 cables hácia el O.
Bajo las Mamas
A la
extremidad de este bancal de piedra se da el nombre de Las Mamas: su menor fondo es de 8 brazas (13,4 m .) á bajamar, y está
aproximadamente E.-O. con el monte Torrecelo, ó bien en la dirección de este
monte por el N. del convento de monjas de San Benito. En este bajo revienta la
mar gruesa.
Á corta
distancia por fuera de Las Mamas se
sondan de 12 á 17 brazas (20 á 28,4
m .); pero por la de tierra disminuye gradualmente el
fondo.
Bajo del Arado
De la costa
septentrional del puerto de La
Guardia se destacan también arrecifes que se prolongan por
debajo del agua á mucha distancia, haciéndose notable como más saliente el bajo
denominado del Arado, que está a 6
cables al N. 80º O. de la punta de la
Laja del Perro, y al N. 30º O. del bajo Las
Mamas, distante 8 cables. Está cubierto con 18 brazas (30 m .) de agua á marea baja, y
rompe con temporal de travesía.
A corta
distancia por fuera del Arado se
sondan de 25 á 32 brazas (41,8 á 53,5
m .) á bajamar, y por tierra, en dirección al puerto, se
hallan cúspides del banco que ciñe la costa, variando su fondo entre 9 y 8
brazas (15 y 13,4 m .).
Punta de la Laja del Perro
La mencionada punta de la Laja del Perro está á 5 cables al N. de la
boca de La Guardia. Es
una derivación del monte Torroso, que dista como una milla al N. de la villa,
no léjos de la orilla del mar.
Para ir
bien zafos de las prolongaciones de los arrecifes que acabamos de describir, ya
sea que se pase de S. á N. ó vice-versa, deberá llevarse la parte oriental de
las Islas Cíes abierta por fuera del cabo Silleiro.
PUERTO DE LA GUARDIA
Se reduce á
un pequeño accidente de la costa, formado por ésta y por una península que avanza
en dirección al NO. ligada al continente por arrecifes que se descubren en
bajamar. Consiste su abrigo en un canal de unos 2 cables de longitud y medio de
amplitud en dirección del NO. al SE. La península se deja por la parte del SO.
al entrar.
Del arrecife
que despide la península hácia el NO. se destacan algunas piedras que angostan
la boca del puerto, ó más bien ocasionan dos entradas.
Piedra Baloeiro Grande
La más
saliente de dichas piedras es la llamada Baloiro
ó Baloeiro Grande, islote pequeño y raso, visible de muy corta distancia.
Se aparta unas 45 brazas (75,2
m .) de la punta de la Atalaya , y deja paso por tierra, que nombran de la Fosella , con fondo de 9 piés (2,5 m .) á bajamar.
Baloiro Chico
Unas 22 brazas (36,8 m .) al ENE. del
anterior islote está la piedra Baleiro
Chico, que solamente es visible á marea baja. Entre los dos se sondan 4
brazas (6,7 m .).
Nietos de Baloiro
Como 15 brazas (25 m .) al ESE. del Baloiro Chico, se encuentran Los
Nietos de Baloiro. Son unas piedras cubiertas con 9 piés (2,5 m .) á bajamar, que vienen
a ser continuación de aquella.
Entrada Principal
Las piedras que acabamos de describir determinan,
como dijimos, dos entradas al puerto de La Guardia. La principal,
que es la que eligen los barcos, está formada por la punta del Ginete,
llamada también Penedo, que es la más
septentrional, y el Baloiro Grande,
distantes entre sí un cable, y arrumbados N.-S.
Canal Chico
Por el Canal
Chico ó de los Baloiros sólo
entran las lanchas de pesca en buenas circunstancias de mar.
En el Canal Principal se sondan á bajamar
desde 6 hasta 1 braza (10 á 1,7
m .) que hay cerca de la playa. El fondo es de piedra en
general, y solamente puede contarse con un canalizo por la medianía, con fondo
de arena, en el cual apenas pueden navegar dos lanchas paralelamente.
Las orillas
del puerto son de arrecife inabordable, contando solamente los naturales con
una pequeña playa en el interior, en la que varan sus lanchas.
Punta de Robaleira
A proporción que se penetra en el puerto, el canal va
angostando de modo que por enfrente de la punta de Robaleira, que es donde se amarran los barcos, quedan unas 35
brazas (58,5 m .)
de anchura á marea baja, y en el centro un canalizo con 18 piés (5 m .) de agua, fondo arena.
Fondeadero de la Robaleira
En este sitio pueden amarrarse de 6 á 8 barcos, pero
que no excedan de 9 piés (2,5
m .) de calado, pues aun cuando podría anclar alguno de
12 ó más piés, se expondría á tocar á marea baja en los casos de marejada.
Puerto de La Guardia (Enfilaciones de
entrada)
Si se viene
de mar afuera con viento largo, bastará llevar el monte Torrecelo por entre la
torre de la Iglesia
mayor y la torre del reloj, hasta hallarse el buque entre el Baloiro Grande y la punta del Ginete, en que se enmendará la proa más
al S. hasta ponerla al convento de monjas de San Benito que se halla inmediato
á la playa.
La
enfilacion del monte dicho por entre las dos torres es del E. 2º S., y la del
convento S. 65º E.
Cuando se
venga de la parte del S., barajando la costa, se dará resguardo á los bajos Quijada de Congrido y Lomba, y al llegar á la enfilacion del
monte Torrecelo por entre las torres, se irá para adentro.
Si los
vientos pican al segundo ó tercer cuadrante se enfilará el monte con la torre
del reloj, á fin de arranchar la costa S. del puerto, y si llaman al primero y
cuarto cuadrante se enfilará el monte con la torre de la Iglesia mayor.
Modo de amarrarse
Cuando se llegue á estar `por frente la Atalaya , ó entre ésta y la
punta de Robaleira, se dará fondo á
un ancla y enseguida un calabrote á cada costa por las amuras, de modo que
queden éstos NNE.-SSO., y además un ancla por la popa, con poco cable porque no
lo permite el local. Así se estará aproado afuera con un ancla de proa y de
popa y cabos á tierra, á fin de que la embarcacion no tenga borneo.
Resaca que se
experimenta con temporal de fuera
Cuando reinan vientos duros del SSO. por el O. al NO.
entra mucha marejada y se experimenta gran resaca que hace trabajar
considerablemente las amarras, siendo imposible desembarcar, en semejantes
circunstancias, en ningun punto del puerto, si se exceptúa la playa del
interior, y aun con exposicion.
En los casos de temporal de travesía
empieza á romper la mar por encima de los bajos de fuera, y sigue la reventazon
hasta cerca del fondeadero.
Circunstancias del
puerto de La Guardia
De lo dicho se desprende que no debe considerarse el
puerto de La Guardia
como punto de arribada, y solamente en un caso de sumo compromiso sobre la
costa, ó de persecucion de enemigos, deberá elegirlo el navegante para
salvarse. El costero que tenga que hacer en él operaciones mercantiles, podrá
aguardar circunstancias favorables para tomarlo y permanecer en él.
En el caso
de tener que entrar forzosamente con mal tiempo, debe verificarse con todas las
precauciones marineras posibles, porque habrá de pasarse por entre rompientes.
Una embarcacion descubierta sucumbiria al momento.
Precauciones para
estar en el puerto
Los barcos que tengan precisión de permanecer en La Guardia y les asalte
tiempo duro de fuera, deben cuidar sus amarras de tierra, manteniéndolas bien
forradas á fin de que no rocen por las piedras de la costa y les falten.
Convendrá
tambien que se dé un anclote por la proa en ayuda del ancla, pues todas las
precauciones serán pocas para librarse de un siniestro dentro del mismo puerto,
si la travesía es de consideracion.
Monte Torrecelo
Marcas de enfilacion. La marca de más interés para el
navegante es el monte Torrecelo. Es
una pequeña altura, redonda y aislada que está por la parte NE. del monte de
Santa Tecla, y á corta distancia. Puede reconocerse por la horquilla de piedra
que tiene en su cumbre. Esta se enfila con la torre de la Iglesia mayor al S. 81º E.
Torre del Reloj
Otra marca
interesante es la torre del reloj, la
cual asoma por encima de la Casa Consistorial , que se halla aproximadamente
E.-O. con el islote Baloiro Grande.
Iglesia Parroquial
La iglesia parroquial está emplazada á poco más de
medio cable al N. del anterior edificio.
Convento de Monjas
Benitas
El convento de monjas Benitas se halla muy inmediato
á la única playa que hay dentro del puerto, y aislado de todo edificio con que
pueda confundirse: se ve desde el momento que se emboca el canal.
Fuerte de la Atalaya
La atalaya es un fuerte circular que hay encima de la
punta del mismo nombre, ó sea la extremidad NO. de la península que forma la
costa S. del puerto. Dicha punta despide restinga hácia el NO., cuya extremidad
es el Baloiro Grande.
Monte Torroso
El monte Torroso
está como á una milla del Torrecelo. Es mayor que éste, y sus faldas llegan
á la orilla del mar.
En los
casos de buen tiempo y en que no se experimenta marejada, puede pasarse por
tierra de las Mamas y del Arado, y aun por encima de ellos para
dirigirse á la boca de La
Guardia. En los canales que forman con la costa se sondan más
de 9 brazas (15 m .)
, fondo casi todo de piedra.
Mareas
El
establecimiento de puerto en La
Guardia es de 2h 15m, y la máxima amplitud de la marea 12
piés (3,3 m .).
La corriente que ésta produce es de poca consideración atendida la pequeñez del
puerto; pero cuando hay temporal de travesía se arma un fuerte correntin de
dentro para fuera, originado por la resaca, que hace trabajar considerablemente
las amarras.
Villa de La Guardia
Se extiende
por las faldas de los montes Torrecelo y de Santa Tecla. Es población de pocos
recursos por su pequeñez, pues solo cuenta en su casco unos 740 habitantes.
Castillo de Santa Cruz
El castillo
de Santa Cruz, desmantelado en el dia y situado en la extremidad septentrional
de la villa, así como el fuerte de la Atalaya tambien arruinado, eran sus defensas.
Faro en proyecto
Se tiene el proyecto de valizar la boca de La Guardia con una luz de
puerto.
Punta Bazar
Está á unas 3 millas al N. 20º O. de la punta del Ginete.
Es escabrosa, saliente al O. y con un islotillo á corta distancia.
Arena Mayor
Este pedazo de costa es sucio de arrecife como el
anterior, ofreciendo otro accidente parecido al de La Guardia , distante 1,5 milla hácia el N.:
llámase Arena Mayor, y tambien Peton de Area Grande. Es de ninguna importancia
por hallarse completamente abierto á los vientos de travesía y estar su entrada
obstruida de piedras, si bien en el interior hay una extensa playa.
Puntas Agudela y
Cudeceda
Las puntas Agudela
y Cudeceda son las más
pronunciadas de este trozo de costa, á partir de la ensenada de Arena Mayor.
Del archivo de
INFOMAXE
Antonio Martínez
Vicente.
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