JUAN
DOMÍNGUEZ FONTELA
EXTERIOR DEL TEMPLO. FACHADA PRINCIPAL
Es
del gusto artístico dominante a fines del siglo XVIII en que se construyó.
Correspondiendo a las paredes laterales y a las dos series de arcos formeros
que separan las tres naves del templo, aparece esta fachada con cuatro
pilastras coronadas con capiteles de gusto no clásico. Montada sobre éstos y
limitando toda la fachada en su línea superior corre una hermosa cornisa de
formas onduladas y cortada por motivos de escultura como pilastras y la cruz
central en que termina el hastial de la fachada.
En
el centro de la fachada y sobre una escalinata de poca altura ábrese la puerta
principal que es amplia y bien proporcionada. Está formada por un arco de medio
punto apoyado en las jambas por capiteles rudimentarios. En la clave de este
arco hay la inscripción siguiente, que es la fecha de la obra:
AÑO DE 1784
Sobre
el cornisamento de este pórtico, alzase intercalado en el tímpano y roto su
frontón, un segundo cuerpo de arquitectura destinado a albergar dentro de una
hornacina coronada con una concha la imagen de María Asunta, patrona y titular
de esta parroquia. Fue labrada esta imagen en 1796.
Sobre
este camarín ábrese una ventana muy hermosa de marco ondulado que da abundante
luz a todo el templo.
Sobre
la misma ventana esculpida esculpida en relieve hay una imagen de un ostensorio
de la Sagrada Hostia, de Sol radiado, como representación de este augusto
misterio, rodeado con la inscripción: Ecce Agnus Dei: Ecce qui tollit pecatta
mundi.
TORRE DE LA IGLESIA
Es
de la misma época que toda la fachada. Consta de tres cuerpos arquitectónicos,
el primero toscano, el segundo dórico y el tercero indefinido. Sobre el primero
y encima de un cornisamento extiéndese una hermosa balconada de granito formada
por columnas de orden borrominesco con una sencilla cornisa por pretil.
Sobre
el cornisamento del segundo cuerpo extiéndese también otra balconada muy
hermosa. En este segundo cuerpo están las campanas para las sagradas funciones,
las cuales son cuatro y de voz muy sonora y en escala musical para la armonía
de su toque.
El
tercer cuerpo que según los planos debía ser de gusto clásico con cúpula
poligonal ornamentado con pirámides y obeliscos, no llegó a construirse y se
sustituyó por el actual que es cilíndrico con cúpula de media naranja apuntada.
Sobre esta, y a la altura de 33
metros sobre el pavimento del atrio alzase una esbelta
cruz de hierro, forrada de cobre.
Terminose
esta torre en 1800 según lo dice la inscripción grabada en el friso del
cornisamento del primer cuerpo:
F(ABRICOSE) AÑO DE
1800
La
torre anterior era mucho más pequeña. en el año de 1764 hallándose girando
visita pastoral el prelado Sr. Rodríguez Castañón mandó que aquella fuese
demolida, porque debido a su deplorable estado amenazaba derruirse. No se
cumplió el mandato episcopal, contentándose el párroco con hacer ciertos
reparos en las grietas que presentaba en la parte superior. Así pudo durar
hasta 1798 en que el obispo Sr. García Benito renovó por auto de visita el
decreto del Sr. Rodríguez Castañón y ordenó que se procediese inmediatamente a
su demolición y que al reconstruirla se le diese mayor altura en armonía con la
de la fachada nueva.
PUERTA DEL SUR
Es
de la misma época que todo el interior del templo, es decir, de la segunda
mitad del siglo XVI. Consta de un pórtico formado por un cuerpo de arquitectura
de gusto clásico coronado por un frontón triangular en cuyo tímpano ábrese la
hornacina semicilíndrica que alberga otra imagen de la Asunción de la Virgen
María labrada en 1758. Las columnas de este pórtico montadas sobre bases unidas
a las paredes del templo, están completamente aisladas en su fuste. El vano de
la puerta forma un arco algo abocinado de abertura igual al arco triunfal del
interior.
Sobre
esta puerta y a ambos lados de la ventana rectangular que aquí alumbra la
iglesia hay dos escudos heráldicos labrados en granito. El de la derecha
pertenece al obispo tudense D. Fray Diego Fernández de Torquemada (1564-82) en
cuyo pontificado se llevó a cabo la construcción de casi todo el templo. Sobre
este escudo está grabada la inscripción FIDES ATQVE AMOR adoptada por aquel
prelado en su lema heráldico. El escudo de la izquierda es el antiguo de las
armas de La guardia y representa un barco arbolado pero con la velas recogidas.
ALHAJAS
Es
pobre el mobiliario de nuestro templo parroquial. Ni en sus vestiduras
sagradas, ni en los demás objetos destinados al culto hay algo que llame
extraordinariamente de los peritos por su mérito artístico.
Habiendo
mencionado ya la hermosa lámpara que alumbra ante el Santísimo, diremos algo de
las más importantes alhajas que constituyen la sagrada vajilla de nuestra
iglesia.
CÁLICES
Son
todos ellos de plata, aunque pobres en su arquitectura y ornamentación. Los más
antiguos son del siglo XVII, uno de estos,
de factura neoclásica y sobredorado, merece alguna atención por sus
repujados. Son también pobres los copones destinados a reservar el Santísimo
Sacramento. El más notable es de bronce con la copa de plata y todo él está
sobredorado a fuego. Los bajo relieves de su ornamentación son artísticos,
clásicos. Este copón fue adquirido en 1821.
CRUZ PARROQUIAL
Es
un hermoso ejemplar del arte plateresco del tiempo en que estuvo en su apogeo
el arte de Churri güera. Fue cincelada en la ciudad de Salamanca en el año
1766. Es toda ella de plata, si se exceptúa su alma y el crucifijo y alguno de sus otros relieves y medallones que
son de bronce sobredorado a fuego.
Llamábase
JUAN SÁNCHEZ el artífice que la labró, según lo dejó consignado en las marcas
de su contraste y talleres que la misma CRUZ conserva en su pie. El escudo de
la ciudad de Salamanca constituido por un puente superado por un toro y bajo y
bajo sus tres arcos el río Tormes que baña la ciudad.
A
nuestro modesto entender esta cruz de purísimo estilo borrominesco y la
riquísima de San Lorenzo de Salcidos, de cuyo estudio habremos de ocuparnos detenidamente en su
día, al descubrir aquella amplia y hermosa iglesia, son en sus respectivos
órdenes las más artísticas cruces procesionales de nuestra diócesis. (9)
CRUCIFIJO DEL ALTAR
Este,
juntamente con los dos candeleros de plata que forman el juego para el servicio
del altar mayor, donde se colocan en las principales solemnidades, son una de
las joyas más estimables de nuestro tesoro parroquial. Fueron donados a nuestra
iglesia por mi pariente el benemérito hijo de La Guardia, rico hacendado de
Cádiz, a principios del siglo XIX, D. Rosendo Lagoa y González, a su
fallecimiento el 31 de marzo de 1831.
Dice
así la clausula 9.ª de su testamento otorgado en aquella ciudad en 29 de
diciembre de 1828: El nicho de acana
(oratorio de madera americana en el cual con el crucifijo estaban los dos
candelabros de plata mencionados) y el crucifijo de plata sobredorada es mi
voluntad que se remita a mi patria de La Guardia y se entregará al cura párroco
de aquella iglesia para que se coloque en el altar mayor para siempre en
propiedad de dicha iglesia, sin que pueda enajenarse, de cuya donación mía se
formará testimonio auténtico que recogerá mi hermano D. Lorenzo Lagoa y
González y por su falta mi pariente más cercano. (10)
(9) La cruz parroquial de Salcidos es un
inestimable ejemplar del arte ojival. La juzgamos producción del notabilísimo
artífice Gregorio Varona que labró la cruz de mango o procesional de la
catedral de Toledo. Creémosla más antigua que la tan notable de la catedral de
Orense, cincelada, al parecer, por el artista Enrique de Arce. La cruz
procesional de Salcidos llamó la atención de los inteligentes en la Exposición
Regional de Santiago, en cuya sección arqueológica mucho tuvieron que admirar
las personas ilustradas
(10) Por este testamento hizo mi referido
pariente una fundación para fomentar la instrucción popular en el arte
importantísimo en el siglo XVII hasta mediados del XIX en nuestra villa, de
hacer calceta y otros géneros de punto; y para recompensar a las niñas más bien
educadas y mejor instruidas. En otro lugar nos ocuparemos en este importante
capítulo de nuestra historia local.
VIRIL U OSTENSORIO
Es
una valiosa joya artística. Es de las mejores que conocemos para el servicio
parroquial. Sin duda la primera de su género entre la de las iglesias de
nuestro obispado, por su ejecución clásica. Fue labrada en el siglo XVII y su
factura nos da a conocer uno de los artífices más cultos de aquella época. Mide
80 cm .
De altura y es separable en dos cuerpos, a fin de poderle conducirle más
fácilmente en las procesiones y para dar la bendición al pueblo.
Su
base y su vara están sobriamente cincelados con detalles arquitectónicos en
alto relieve del período neoclásico del Renacimiento. El nudo principal está
constituido por un templete o domo
cerrado, con su basamento, columnata y cornisamento de gusto clásico coronado
por una bóveda de nervatura en extradós. En los intercolumnios de sus cuatro
fachadas ostente ricas estatuitas sobre ménsulas, todo en alto relieve.
El
SOL en que se manifiesta la Sagrada Hostia está rodeado de rayos flamígeros y
rectilíneos de mucha sobriedad y pureza artística.
De
esta hermosa pieza de orfebrería, ha publicado La Voz del Tecla un grabado en su número 216, de 5 de junio de
1915.
BANDEJA
Hay
una muy artística de estilo AZTECA. Ha sido cincelada en México a mediados del
siglo XVIII juntamente con las vinajeras con que forma pendant. Es digna de atención y estudio, no solo por su caprichoso
corte, sino también por su barroca ornamentación característica de las obras
labradas en aquella riquísima ciudad en aquella época de nuestra dominación.
Sus pronunciados relieves de alto repujado y sus atrevidos dibujos hácenla
digna de figurar entre los mejores productos de la metalistería artística. En
la Exposición Regional de Santiago figuró entre los objetos de una colección
particular.
CORONAS E INCENSARIO
Si
se exceptúa una de la Virgen del Rosario, cincelada en Salamanca a fines del
siglo XVIII, son de escaso mérito las que ostentan las imágenes de nuestro
templo y el incensario parroquial. Curiosa es la naveta del incienso formada
por una paloma. Semeja uno de los antiguos píxides
o ciborios que en remotas épocas
estaban destinados a guardar la Sagrada Eucaristía. Fue labrada recientemente
en Santiago de Compostela. El que la precedió, que tenía igual forma, acusaba
reminiscencias ojivales.
ARAÑAS
Justamente
podemos mencionar entre las alhajas de la vajilla de nuestra parroquia las
antiguas arañas que pendían de la techumbre de nuestro templo. Nosotros
recordamos dos, pero por haberse roto muchos de sus brazos, con sus restos se
completó una recientemente. Eran fabricación de Venecia. Sus brazos retorcidos
eran calados luciendo en su interior filetes es espiral de color blanco,
lácteo, por lo cual se le llamaban entre los artistas y arqueólogos de latticinio. En el centro de estas arañas
se destacaban esferas y tazas de vidrio estriado, doradas en su interior. El mérito artístico de esta clase de arañas
es muy grande y hoy se buscan con empeño por los amantes del arte antiguo.
Estas arañas de nuestra iglesia parroquial fueron adquiridas en Venecia en el
siglo XVII. Son hermanas de una que está suspendida de las reliquias en la
catedral de Santiago y de alguna que existe en la de Tuy.
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